Mi buen amigo David, biólogo y experto consultor, me envió hace unos meses estas fotografías procedentes de su viaje a Cantabria. Se trata de un monumento e inscripción del homenaje a la vaca Tudanca, instalado en la localidad cántabra de Carmona.
Me hizo mucha ilusión recibirlas y me recordaba muchas cosas. Que alguien allegado vea un monumento a una raza de vacuno, se acuerde de ti y te mande fotos, significa que esa persona conoce de cerca tu afinidad por esos animales.
Esta aportación me lleva a reflexionar sobre la necesidad que tenemos de establecer mecanismos para la memoria permanente como sistema reivindicativo. Una buena forma de acreditar esta permanencia en la memoria es construir estos monumentos, hay otros sistemas, incluso existe un procedimiento judicial declarativo que se llama así, para la memoria permanente.
La raza jijona todavía no tiene su monumento, ni siquiera tiene el reconocimiento de raza a pesar de tener una larga historia. Una vez más, solicitaremos la colaboración de las autoridades locales, provinciales, autonómicas y estatales para que se puedan obtener el reconocimiento de esta raza.
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