En el año 1513 Grabriel Alonso de Herrera en su "Obra General de Agricultura" ya se escandalizaba por el uso lúdico al que se destinaba el ganado vacuno en España y lo comparaba con el uso que se daba en Italia y Francia.
"Mas agora hácese lo contario, mayormente en nuestra España, mata los toros con un peligroso placer, echándoles lanzas y garrochas como si fuesen malhechores, no teniendo culpa; y lo que es mayor error, hacerse en honor de Sanctos y en sus fiestas. ¿Pensamos por ventura que con fiestas y placeres habemos de agradar a los Sanctos, que sabemos que con ayunos, lágrimas y oraciones y afilicones agradaron a Dios, y alcanzaron su gloria? Bien creo que no aprovechará decir esto; mas no lo callaré siquiera por satisfacer a mi conciencia, que Dio se ofende dello reciamente; porque lo uno, y esto es lo mas principal, no se puede hacer sin grave pecado de todos los que miran, y ofensión de Dios: allende desto ¿Cuántos peligros, muertes, heridas, disfamias, males y escándolos nascen de aquestos juegos? Aun los ciegos lo ven; y por Dio yo no alcanzo a saber qué placer se puede haber de matar a lanzadas y cuchilladas a una res de quien ningún mal se espera, antes mucho provecho, y si mal allí hace la necesidad y desperación le fuerza a le hacer; pues hace otra mayor simpleza, no quiero decir necedad y crueldad, que es matar las vacas, que en muchas partes guardan para casta: ¿que digo? Matan las vacas parideras, y aun estando preñqadas, y aun cuando quieren parir; de aqui vienen estos daños, lo uno comen peor carne, que la carne de las vacas en muchas partes no la comen si son parideras, cuanto mas estando preñadas; pierdase la cria, y de aquella manera el ganado no solamente no cresce..."
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