lunes, 18 de abril de 2022

Ganadería de Leopoldo Abente García de la Torre, citas y referencias sobre este ganadero de origen Jijón.

El pasado mes de Julio de 2021, Paco Zamora Soria nos facilitó una referencia bibliográfica en la que se citaba al ganadero Leopoldo Abente García de la Torre como de procedencia Jijona. 

Con esta cita y otras facilitadas por Lorenzo Cerón Miranda se ha elaborado esta recopilación de citas y referencias. 

Recomendamos la lectura de las referencias recopiladas. A través de este ganadero podemos descubrir cuestiones de sumo interés para los amantes de la historia de la bovinotecnia y de la taurología. 

Desde el advenimiento al oficio de ganadero como oportunidad de negocio utilizando la Sanidad como plataforma determinante para la generación de ingresos procedentes de los espectáculos taurinos para sufragarla, hasta las incautaciones que se hicieron de las fincas ganaderas durante la II República, pasando por la fotografía de toros en el campo y los artículos periodísticos de la crónica taurina de la época. 
 
Leopoldo Abente García de la Torre.
Fuente de la imagen fotográfica Archivo Digital de Galicia.


Los padres del ganadero Leopoldo Abente García de la Torre, Ezequiel Abente y Lago y Cristina García de la Torre no tenían relación aparente con la actividad de la ganadería de bravo. 

Fuente de la información: CUADERNOS DE ESTUDIOS GALLEGOS, LV N.º 121, enero-diciembre (2008), pp. 389-403 ISSN 0210-847 X 

EL GENERAL DE SANIDAD MILITAR EZEQUIEL ABENTE Y LAGO (1841-1923)
FELIPE VALDÉS HANSEN 5-5-2008




Libro: Estudio del toro de Lidia. Emilio Casares, Valladolid, 1935

Don José Gijón mencionado como ganadería de la que procede la de Leopoldo Abente García de la Torre en un libro publicado en 1935. 



Mención de Leopoldo Abente como ganadero que presenta sus toros en La Coruña en una corrida para las fiestas.
 
Fuente: Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. Diario de La Coruña "El Orzán" de fecha  4 de agosto de 1929.


 
El semanario taurino: La fiesta brava, en su número 2019, del 27 de febrero de 1931 publica en la página 5 dedicada a la Monumental de Barcelona, la crónica titulada "Se lució don Leopoldo" que se celebró el 22 de febrero

Seis moruchos de Leopoldo Abente, para "Chiquito de la Audiencia", "Carnicerito de Méjico" y Luciano Contreras

¡SE LUCIÓ DON LEOPOLDO! 

El catastrófico resultado de la novillada del domingo era una letra a la vista. El nombre del abastecedor del ganado era la más firme garantía de que el aburrimiento se nos había de servir a caño libre. Y es que hay cosas que no pueden ser. Y una de ellas es que el señor de Abente pueda hacer el milagro de sacar de su vacada un toro medio bravo. Era la primera vez que don Leopoldo mandaba a Barcelona los productos de su ganadería, y como debut no quedó mal; Quedó peor! A menos que dicho señor no reincida — ¡líbranos señor! — con una corridita de ocho toros, no es posible servir un ganado más detestable. Flacos, terciados, desiguales de cabeza y bastotes en general la presentación de la novillada sólo censuras merecía. .¡Y fué de tipo de lo que mejor estuvieron los bichejos!... Huidos todos ellos, mansurrones y blandos para los caballos, cuando se acercaban a ellos quitaban con el testuz el palo a los piqueros y salían de estampía al sentir el hierro, rebrincando y tirando coces. Una verdadera birria. Debido al celo que pusieron las cuadrillas al servicio del ganadero sólo se tostó un novillo — el quinto, — cuando. en justicia debieron ser condenados a la hoguera casi todos. El público pitó al arrastrarse los "abentos", pero donde armó la obera fué al salir el sexto animalito, una cabra loca que, además — la pobre —, estaba tapada de un ojo. Atenta a la letra del reglamento, resisto la presidencia, pero ante la seriedad del troncazo hubo de ordenar fuese retirado de 'a circulación aquel adefesio. En su lugar salió un sobrero, de Arránz, que, sin ser cosa mayor en punto a bravura, después de lo que habíamos visto trotar por el ruedo se nos antojó un Jaquetón. Se lució el señor Abente con la corrida de su presentación en Barcelona. Ahora que, con tal de que nos prometa no Volver a mandar toros suyos a esta plaza somos capaces de correr un velo sobre su fracasado debut. Aunque seria mejor, que un velo, correr un toldo, de dos palmos de "grosor". ¡Sí que se lució el señor
don Leopoldo" 

Con semejantes mimbres pocos cestos podrán hacer los toreros y sólo en un alarde voluntad consiguieron desarrugar el enrejo del público. iuanito Martín Caro que debutaba en Barcelona causó excelentísima impresión como era de alta calidad. De haberse decidido con la espada su triunfo hubiera sido rotundo pues no hay duda de que sus dos novillos hubieran ido al desolladero sin orejas.

A su primer enemigo que huía de su sombra y se defendía tirando tarascadas lo macheteó valientemente con la muleta, dominándole a fuerza de inteligencia y de tesón, entre constantes aplausos. Una faena de verdadero maestro. Lo mató de tres pinchazos, descabellando al cuarto golpe. Su segundo llegó a la muleta sin poder con el rabo a causa de lo que le castigaron Hiena y Madriles, y el "Chiquito" le hizo una faena preciosista sobre la mano derecha. Muy reposado y torerísimo, dibujó una serie de pases soberbios, entre ovaciones y los acordes de la música. Entró bien a matar y el sable cayó atravesado. Repitió con idéntico resultado y terminó con otra estocada cruzada, lo que enfrió los entusiasmos del público que se había entregado al chiquillo en el muleteo. La nota más brillante del festejo la dió Juanito al ejecutar un primoroso quite en el tercer novillo. Tres lances pausadísimos, majestuosos, atornillados los pies en la arena y jugando los brazos maravillosamente. Un portento. Ambrosía, gloria pura; un quite que fué la esencia de la gracia y la finura y produjo la locura de toda la concurrencia. Porque locura fué aquel trepidar de ovaciones entremezcladas con los sones de la charanga que se unió al general entusiasmo que produjo aquel prodigioso quite. Un debut afortunadísimo.


Fuente: Biblioteca Digital Junta de Castilla y León.



Fuente: Capítulo II, Análisis Histórico de las Castas Fundacionales. Trabajo realizado por la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense dirigido por el catedrático de Genética Animal el profesor Javier Cañón Ferreras. 



Revista Gráfica Cordobesa de Información Taurina "La montonera". Número 105 Enero-Febrero 2008. 

Artículo de Rafael González Zubieta titulado: "Ganaderías Exterminadas y afectadas por la Guerra Civil Española".
 

Se menciona expresamente:
 
En el siglo XVII, en Colmenar Viejo, José Rodríguez formó ganadería con raza jijona, que derivó en parte por herencia, a Manuela Bañuelos, que introdujo mejoras selectivas con sementales de Saltillo. En 1926 fue a parar esta ganadería a Leopoldo Abente García de la Torre, y diez años mas tarde, recién empezada la guerra fue totalmente aniquilada 


Reseña de la ganadería Leopoldo Abente García de la Torre en la obra "Uno al sesgo. Toros y Toreros en 1930". Página 113.

ABENTE GARCÍA DE LA TORRE, D. LEOPOLDO 
Madrid Divisa: Azul Turquí. 
Antigüedad: 1796 o 1816, pues varió la divisa primitiva. 
La fundó don Julián Bañuelos, - En 1920 pasó a ser propiedad del señor García Resina, que la vendió a don Leopoldo Abente, su actual propietario en 1926. 
TOROS : 1 en Aranjuez, el 30 de mayo, huido y bronco; 4 en Toledo, el 19 de junio, regulares;.6 en León, el 22, medianos; 8 en Gijón, substitutos y sobreros en agosto; 6 en Tetuán de las Victorias, el 17 de agosto, 2 buenos, 3 regulares y 1 fogueado. NOVILLOS : 6 en Palma de Mallorca (Coliseo), medianos. TOTAL : 25 toros y 6 novillos.  


Portada del libro "Toros y Toreros. Por uno al sesgo. 
1930. Anuario taurino. RESUMEN CRITICO - ESTADISTICO * DE LA TEMPORADA TAURINA



Candidaturas de Derechas por MADRID, publicadas en el Diario Siglo Futuro, Miércoles 1 de noviembre de 1933. 



Se menciona a Leopoldo Abente García del Castillo en la lista de Candidaturas Agrarias como representante de la Asociación General de Ganaderos. 



Publicación de la incautación de la finca ganadera de Leopoldo Abente García del Castillo el 6 de abril de 1938 en el Boletín Oficial de la provincia de Madrid.

BOLETÍN OFICIAL OE LA PROVINCIA DE  MADRID. Número 87 del martes 12 de abril de 1938.

En la sección de Consejos Municipales se publica una información sobre El Boalo.

Don Julián Martín Estévez, Presidente de la Junta Calificadora municipal de Fincas Rústicas incautación del distrito de El Boalo

Hago saber: 
Que por la Junta que presido se ha procedido a calificar las incautaciones de fincas rústicas de este distrito llevadas a cabo por las organizaciones sindicales entre los comprendidos en el artículo primero del Decreto del Ministerio de Agricultura de 7 de octubre de 1936. Lo que se hace público por medio del presente, para que, en el plazo de quince días, a partir de la publicación en el Boletín Oficial, manifiesten los descargos que consideren pertinentes, por haber sido declarados desafectos al Régimen republicano, previniéndoles que, transcurrido dicho plazo, serán elevadas a la junta Calificadora Provincial para la providencia que estime oportuna.

Distrito de El Boalo, 6 de abril de 1938. Julián Martín.

Relación de desafectos al Régimen a quienes deberán ser expropiadas todas las fincas del distrito de El Boalo

De los 20 relacionados en el decimo segundo lugar aparece:
1. Emilio Cerdán García
12, Don Leopoldo Abente García de la Torre.

Distrito de El Boalo, abril de 1938. El Presidente de la Junta Municipal Calificadora, Julián Martín





Información del Cartel "Decreto del Ministerio de Agricultura de 7 de octubre de 1936"


Detalle del Cartel

Autor:Renau (1907-1982)
Titulo:Campesino, defiende con las armas al Gobierno que te dio la tierra... Del decreto 7 octubre 1936. El ministro de Agricultura: Vicente Uribe Galdeano
Editor:Ministerio de Agricultura. [Valencia]
Imprenta:Gráficas Valencia, intervenido UGT-CNT
Fechas:1936
Notas:Cartel en color.

Modelo de Expediente de Expropiación: "Decreto del Ministerio de Agricultura de 7 de octubre de 1936"

Emilio García Gómez

Blog: etnógrafo etnografía, antropología cultural, movimientos sociales




Toro Vidrioso de Manuel Bañuelos Rodríguez 1854.

Imagen del toro Vidrioso de Manuel Bañuelos dibujado por Manuel Castellanos.
Blog de Rafael Cabrera Bonet: Recortes y Galleos.




Mapa Taurómaco de España fechado entre 1880 y 1889, representa las líneas de Ferrocarril que debieron ser utilizadas para el aprovisionamiento de Ganado Vacuno a las principales Plazas. También aparecen al margen los hierros de las ganaderías más importantes en la época. El Hierro de la A, correspondiente a Bañuelos, aparece dos veces con distinciones casi inapreciables. 





Ganadería Abente. Marcado con el hierro con la A, de Bañuelos y el guarismo 38. Fuente página de Facebook de Tauropedia. Archivo Ragel. Fotógrafo Manuel Vaquero Fernández

 

Fotografía cedida por Carlos González Ximénez, febrero  2009, procede del archivo Ragel. El fotógrafo es Manuel Vaquero Fernández. Esta fotografía inicialmente está catalogada como de la ganadería Puente, sin embargo tiene el hierro de laque es de Bañuelos y que terminó siendo de Leopoldo Abente García de la Torre. Tiene el guarismo 57. 
 
En otra fotografía divulgada en Facebook de Tauropedia en la que se muestran imágenes de toros en el campo, aparece un toro similar, con el número 38, el mismo hierro, el mismo paisaje inconfundibel de fondo y está catalogada como de la ganadería Abente






https://fotosantiguasdemallorca.blogspot.com/2010/11/la-plaza-de-toros.html?m=1
Blog Fotos Antiguas de Palma
Plaza de Toros de Palma
13 de noviembre de 2010
Lorenzo Miró

Artículo que cita al ganadero Leopoldo Abente ya que se lidiarían dos toros de su ganadería en la inauguración de la plaza de Palma el 21 de Julio de 1929.

Se menciona el precio de los dos toros incluido el transporte que ascendió a 4.500 pesetas. La historia de esta plaza de toros también tiene su interés. 

También se menciona a Félix Gómez, con una corrida en 1948. Los Gómez también tienen una relación directa con el ganadero Leopoldo Abente. Ya que fallecido Félix Gómez 

 Fallecido en 15 de marzo de 1904, se hizo cargo de la ganaderí a su viuda doña Mercedes Ugalde Bañuelos —hija de doñ a Prudencia—, y con la denominació n «Viuda e hijos de don Félix Gómez» se anunci ó en Madrid por vez primera el día 8 de junio de 1905. En 1916 se hizo u n cruzamiento con toro oriundo de Parladé , que no fiespondió a las esperanzas cifradas. Y, por último, el añ o 1923 intervino un nuevo semental del conde de la Corte, ligando extraordinariamente. Con gran contento, ¡claro es!, de don Félix Gómez Ugalde, hijo mayor de doñ a Mercedes y actual director de la' antigua ganaderí a de Colmenar, que, principalmente durante el pasado siglo, en manos de su abuelo don Félix Gómez Llórente, conquistó envidiable cartel y la máxima popularidad.   



Cartel de Toros que anuncia toros de Segundo Abelardo García Resina, (antes Bañuelos) compró la ganadería a los Hermanos Ugalde Bañuelos. Vendería la ganadería a Leopoldo Abente García de la Torre.

 
 
 
 EL TOREO, Año XXI. Madrid.—Iunes 23 de Abril de 1894. Numero. 1.068

Don Manuel Bolaños y Salcedo


Una de las más antiguas ganaderías de España, y una también de las que conservan con más pureza la casta primitiva de sus reses, es la que posee la actualidad D. Manuel Bañuelos. Data su origen de la segunda mitad del siglo XVII. De la tropa de vacas que el año de 1660 tenía el rico propietario y labrador D. José Rodríguez, vecino de Colmenar Viejo, formó su hijo D. Pedro una ganadería brava sin mezcla de otras castas, siendo todas las reses naturales y propias de la tierra, la cual pasó á su hijo D. Manuel Bodríguez, clérigo y bachiller en leyes, quien elevó en su tiempo á la mayor altura la ganadería, hasta tal extre-mo, que en el afio de 1776 se jugaban en Valencia sus toros como los más celebrados de Castilla, según consta en la Memoria de las vicisitudes por que pasó la fiesta taurina en Valencia, publicada á raiz de construirse la plaza de toros que hoy existe en aquella ciudad; 
 
Memoria que se conserva en los Archivos del Santo Hospital. Por dichos años ee jugaban en Madrid con excelente resultado las reses del mencionado D. Manuel Rodríguez, con divisa encarnada. Al fallecimiento del clérigo bachiller en leyes, pasó la ya acreditada ganadería por mitad á sus sobrinas D.^ Manuela y D.^ María Rodríguez, casada la primera con D. Juan Bañuelos Fonaeca, y la se-gunda con D. Pedro Laso; este señor vendió más tarde la parte que le correspondió á D. Casimiro López, padre del presbítero y ganadero D. Antero. Con gran aceptación y buen resultado se jugaron no sólo en Madrid, sino en las más importantes plazas de España los toros de D. Juan Bañuelos, hasta su fallecimiento, en que pasó la ganadería brava á D. Manuel Bañuelos Rodríguez, á cuyo nombre se jugaron por primera vez en Madrid en la corrida extraordinaria celebrada el día 26 de Julio de 1813. D. Manuel compró vacas de Granátula y Manzanilla, que mezcló con las que tenía y echó sementales de Gaviria y el Barbero. En esta época decayó algún lanto el renombre que tuviera anteriormente la ganadería y muy principalmente cuando fue su dueño el bachiller, que tanto esmero tenía en la cría de las reses. Muerto D. Manuel Bañuelos, pasó la ganadería á poder de su hijo D. Pablo de quien la heredaron Da. Prudencia, D. Julián y D. Manuel. ' D.* Prudencia vendió la parte que le había correspondido en San Martín de Valdeiglesias, formándose más tarde la ganadería del Marqués viudo de Salas, con sementales de Miura y Bañuelos. D. Julián conservó hasta hace poco en que falleció, su parte, la onal desna-turalizó merced á su escaso celo y á las mezclas que hizo con toros de la Sierra, del Boalo y Becerril. La otra parte, la que posee el actual ganadero, conservó la pureza de la casta primitiva, en la que la finura que habían llegado á al-canzar las reses era excesiva. D. Manuel, para embastecer un tanto la casta, echó como sementales algunos toros, que compró al labrador y propieta-rio D. Dámaso de la Morena, dueño de la mejor tropa de vacas bravas y-propiaa de la tierra que ha habido en Colmenar. La suerte de haber tenido D. Manuel durante dieciseis años de conocedor y mayoral de la ganadería á Ceferino Mar-tin, hombre el más apto y notable que se ha conocido en Colmenar para el cui-dad» del ganado bravo, hizo que la vaca-da, algún tanto degenerada, volviera á recobrar el renombre y prestigio que tuvo en la antigüedad, con corridas como las celebradas en Madrid enloa años de 1872, 74, 83, 86, y en las plazas de Alicante, Ciudad Real, Albacete, Cartagena y otros puntos, en las que los toros demostraron gran bravura, poder y excelentes condi-ciones para practicar con ellos todas las suertes del toreo. Los nombres de muchos de los toros jugados en las fiestas referidas, no los olvidarán seguramente los aficionados que presenciaron su lidia. D. Manuel Bañuelos conserva la di-visa azul de la casa y la amtigüedad de la ganadería, que hoy en orden de pre-lación es la que sigue á la primitiva de Valdés, de Pedraja del Portillo, y marca á sus toros con el hierro A. Las reses de esta ganadería no tienen gran alzada,pero son de excelente trapío y de inmejorables condiciones de lidia, por su bravura y nobleza, debido al es-quiBito cuidado del propietario y al rigor con que se practican las tientas. Los toros quinto y sexto lidiados en la corrida de inauguración de la temporada de este año, corroboran eete aserto, y de ellos no desmerecieron los cuatro restantes. El pelo que domina en los bichos de esta renombradla ganadería es el retinto
 
 
 
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El Tronco Jijón (16)
Una antigua vacada colmenareña ya extinguida: Bañuelos
Joaquín Monfil




Revista Terralia, número 38 publicada en noviembre de 2003.


Orígenes. Los Rodríguez

Como ya hemos visto en anteriores números de TERRALIA, la zona próxima a la sierra de Colmenar Viejo sería durante muchos años la principal suministradora de reses de lidia de raíz jijona, especialmente en las importantes corridas celebradas en Madrid y alrededores. Gracias a ello, se mantendrían en un primer plano a nivel nacional pues, tras los éxitos obtenidos en la villa y corte por los principales diestros, serían luego solicitadas, tanto por éstos como por el resto de los públicos, para los festejos feriales de casi toda la geografía española. Una de las más antiguas de estas importantes vacadas colmenareñas fue la de la familia Bañuelos, a la que vamos a dedicar el breve estudio que seguirá a continuación, porque muchos de los jóvenes lectores que nos siguen, estamos seguros de que desconocen la historia de este importantísimo hierro que, durante el siglo XIX especialmente, fue uno de los más famosos. Antes de nada debemos decir que no tiene nada que ver con la vacada del mismo nombre (y con diferente hierro y divisa), perteneciente actualmente a la UCTL y a la que mencionaremos al final de este modesto y sucinto capítulo.



Según nos cuenta el gran historiador y romántico aficionado colmenareño don Luis Fernández Salcedo (descendiente de los Martínez, como ya se dijo anteriormente, en otro artículo de TERRALIA) en su libro "Trece ganaderos románticos", al parecer, todo empezó a mediados del siglo XVII, cuando su paisano, el acaudalado ganadero don José Rodríguez, que poseía grandes, diferentes y variadas piaras de vacas y machos de todo tipo, incluídas las mansas (para el consumo de carne), broncas o bravuconas (también conocidas como de medio pelo o de media casta) y algunas semisalvajes, comienza a ser solicitado como suministrador de reses de lidia para las fiestas locales. Poco después empieza a ser conocido y a la vez demandado también en todo el ámbito regional. Suponemos que debido a los buenos resultados que debió obtener en el caso que nos interesa, esto es, el de las reses para la lidia de aquellos tiempos. Al parecer, todo el ganado se encontraba más o menos mezclado en los prados comunales de Colmenar, por lo que la selección, tal como la entendemos hoy, no existía. Don José se limitaba a elegir para la lidia, simplemente por inspección ocular, las reses que consideraba más grandes, más ásperas, más difíciles de manejar en el campo y con las cornamentas más aparatosas. Esa era la única selección: la del criterio personal de elección del ganadero. Según se dice, gran parte de estas reses procedían de las prestaciones decimales del clero, cosa bastante frecuente en aquellos tiempos. A don José le heredó su hijo don Pedro Rodríguez, quien al parecer comenzó una mayor labor de selección visual y comenzó verdaderamente a separar las reses bravas del resto de su piara, dejándolas aisladas y aparte, sólo para ser utilizadas como reses de lidia, según se las fuesen solicitando.

Don Manuel Rodríguez, hijo de Pedro y nieto de José, es considerado realmente como el primer criador de vacuno bravo al uso en esta familia ya que, además de ser un gran ganadero fue a la vez un excelente aficionado, comenzando a realizar las primeras tareas verdaderas de selección de las reses, de las que tanto su padre como su abuelo hacía años habían considerado aptas para la lidia. Sin embargo don Manuel, con un criterio más riguroso y muy personal, comenzó a desechar las más débiles y pequeñas, a aumentar por tanto el listón de la exigencia y a aprobar tan sólo una reducida parte de sus reses, lo que en muy poco tiempo comenzó a darle magníficos resultados, lo que prueba que fuese frecuentemente solicitado en muchas plazas y principalmente en Valencia, para los festejos benéficos organizados por el Hospital de la capital del Turia. Según los tratadistas es considerado don Manuel como uno de los primeros verdaderos criadores de bravo, parecido a lo que hoy se considera como tal. Fue clérigo y bachiller, por lo que a veces eran anunciados sus toros como del Licenciado Manuel Rodríguez y es otro de los numerosos casos de presbíteros y portadores de traje talar, dedicados en aquellos tiempos a la crianza de toros para la lidia. Pero, a diferencia de los demás, que incorporaron el color negro a la divisa, los toros de don Manuel se estrenaron con divisa sólo azul en Madrid el 6 de mayo de 1776, siendo el segundo en antigüedad del resto de ganaderos colmenareños (sólo superado por don Pedro Jusdado, el más antiguo, que debutara el 8 de mayo del año anterior, con divisa verde). Sin embargo hemos encontrado la noticia de que para las fiestas de toros celebradas en la Villa y Corte a lo largo de 1775, los comprados a ganaderos de Colmenar fueron a los señores Agustín González, Manuel y Antonio Rodríguez, Pedro Jusdado y Antonio Segura. Por tanto puede que algún toro de estos ganaderos ya fuese corrido en el ruedo de la plaza de la puerta de Alcalá ese mismo año, uno antes del estreno oficial de las reses de don Manuel, aunque este extremo no lo hemos podido confirmar. Al morir don Manuel en 1783 sin hijos, debido a su celibato, heredaron la vacada sus sobrinas María y Manuela Rodríguez, hijas de su hermano Antonio. La mayor, María, era la esposa de otro ganadero colmenareño, don Pedro Laso Rodríguez, al que ya hemos mencionado anteriormente y la menor, Manuela, terminó casándose con don Juan Bañuelos y Fonseca, el primero de la dinastía ganadera que aquí nos ocupa. Ambas incorporaron las partes de reses que heredaron de su tío, el cura Manuel, a sus sendos matrimonios, lidiando desde entonces las reses a nombre de sus esposos.


Juan Bañuelos y Fonseca - Manuel Bañuelos y Rodríguez

Don Juan Bañuelos y Fonseca es considerado el patriarca y fundador de la dinastía. Tras su matrimonio con doña Manuela Rodríguez se dedicaría durante casi treinta años, en cuerpo y alma, a mejorar y aumentar la vacada de bravo heredada por su esposa. Incorporó sus propias ideas y adoptando un nuevo hierro, consistente en una A (suponemos que en homenaje al nombre de pila de su suegro, aunque no hay datos que lo corroboren) y la divisa azul turquí se estrenó en Madrid el lunes 9 de mayo de 1785. Fueron dos corridas en beneficio de los Reales Hospitales, de mañana y tarde, en las que se lidiarían 37 toros en total, de Manuel García Briceño, Juan de Alamín y de Juan Bañuelos y Fonseca, todos ganaderos colmenareños. Los picadores fueron Diego Molina Chamorro, Francisco Baca, Manuel Jiménez, Pedro de Ortega, Andrés Solís y los debutantes en esta plaza Juan Pérez Daza (de Manzanilla) y Casimiro Roque (de Utrera). Don Juan Bañuelos tendría que sufrir durante su vida ganadera los tiempos de las prohibiciones de las corridas de Carlos IV, luego el levantamiento de las mismas al llegar al trono José Bonaparte, así como los avatares de la guerra de la Independencia, lo que no le impediría aumentar el esmero en la crianza y selección de sus reses, aunque según sus detractores sólo se habría aprovechado del esfuerzo de su tío político, el cura y licenciado Manuel. Cuando su hijo don Manuel Bañuelos y Rodríguez, tras la guerra con los franceses y el resurgimiento de las corridas, hereda las reses que le dejó don Juan, a las que había visto crecer a su lado desde niño, conocía ya todos los secretos para poder poner la vacada en uno de los más altos lugares entre los criadores colmenareños de toros para la lidia, como así lo haría.

Según la mayoría de tratadistas el estreno en Madrid de toros a nombre de don Manuel Bañuelos Rodríguez, con divisa azul turquí, acontece el 25 de julio de 1813. Sin embargo, el historiador don Manuel López Izquierdo, autor del libro "Plaza de Toros de la Puerta de Alcalá", sostiene que durante el año 1813 no se celebraron corridas. Y este mismo autor da cuenta de cuatro toros de Manuel Bañuelos, con divisa azul y plata, jugados el viernes 15 de noviembre de 1811, en una corrida extraordinaria a beneficio del matador de raza gitana Juan Núñez "Sentimientos", que actuó como único espada. Y asimismo afirma que el debut de tres toros de don Manuel Bañuelos Rodríguez, con divisa azul (junto con más toros de otras vacadas), tuvo lugar el lunes 12 de septiembre de 1814 (aunque anunciada para el 5 tuvo que suspenderse por la lluvia), en corrida de mañana y tarde, picando los seis de la mañana Pedro Puyana y Antonio Cano y los ocho de la tarde Puyana, Joaquín Zapata y Manuel Díaz. Los matadores fueron el zamorano Manuel Alonso "El Castellano", Francisco Hernández "El Bolero" y Alfonso Alarcón "El Pocho", al que dejarían matar el último de la tarde. Este matador creemos que es el mismo que empezó a finales del siglo XVIII organizando espectáculos cómicos, aunque entonces su apodo era "El Curro". Los toros de don Manuel irían aumentando su fama y llegarían a codearse con los más importantes de la época, cual eran los del marqués de Gaviria y los del duque de Veragua. Aunque estos dos últimos se odiaban cordialmente, don Manuel Bañuelos mantendría a lo largo de su vida unas estrechas relaciones con uno y otro, evidentemente por separado. Fue muy querido y respetado por sus coetáneos paisanos de Colmenar, quienes le apodaban cariñosamente don Manuel "el Viejo". Uno de los toreros más importantes de la época, Francisco Montes "Paquiro", elogió la calidad de sus toros repetidas veces en público. Pero, al parecer, don Manuel no contento con ello, aún quiso mejorar su piara. Y la aumentaría con una punta de hembras manchegas de raza jijona adquiridas en Granátula de Calatrava, cruzándolas primero con sementales también jijones de su amigo Gaviria y posteriormente con otros machos vistahermoseños adquiridos al ya afamado Barbero de Utrera. Esta cruza no resultó satisfactoria por lo que al poco tiempo sacrificó todo, incluídas las rastras y volvió de nuevo a las reses anteriores. Por ello cambió varias veces los colores de su divisa, sabiéndose que actuó también con divisa encarnada, luego verde y a partir de 1823 la azul turquí y blanca. Para su ganado mantuvo y amplió sucesivamente su finca colmenareña de "El Zahurdón". En 1852 fallece don Manuel Bañuelos Rodríguez, sucediéndole su hijo Pablo, un gran jinete a caballo, casado con otra de las hermanas Salcedo (una de ellas, Carolina ya estaba casada con Julián Fernández, descendiente de los Martínez de Colmenar, como ya explicamos anteriormente, cuando hablamos de este hierro). Aunque don Pablo heredaría un gran capital tampoco pudo disfrutar de él ni hacer gran cosa con la ganadería, ya que murió antes de cumplirse un año del óbito de su padre, a consecuencia de una caída de caballo en el campo, cuando estaba cazando liebres.

Estamos, por tanto, en 1853 y la ganadería y la hacienda de Bañuelos la heredan a partes iguales los hijos de Pablo: don Manuel, don Julián y doña Prudencia Bañuelos y Salcedo. Esta última, casi una niña, vende en seguida su parte a un vecino de San Agustín de Guadalix. Más tarde, esta punta de ganado servirá para formar la nueva ganadería del marqués de Sales, a la que añadiría éste más machos jijones de Gaspar Muñoz y del propio Manuel Bañuelos y Salcedo. Respecto a don Julián, hombre apocado, retraído y de poca afición, aunque heredó la finca familiar principal y otras con los mejores pastos, su ganadería fue poco a poco decayendo. Al poco tiempo, nadie hubiera dicho que su vacada y la de su hermano Manuel eran iguales inicialmente. Sólo se le conoce un toro de cierta importancia, de nombre Banderillo, lidiado en Madrid el 29 de septiembre de 1869, con divisa turquí y rosa, que acudió a requerimiento de los varilargueros 16 veces y fue estoqueado superiormente por el primer califa cordobés Rafael Molina "Lagartijo". Don Julián falleció en 1888 y su hija, doña Manuela Bañuelos Ezquerra vendió en 1892 la vacada a don Miguel Torres Sanz, saliendo así del seno de la familia. Ahora vamos a seguir a Manuel, el mejor y más importante ganadero de esta saga.


Manuel Bañuelos y Salcedo

Estamos en el año 1853 y don Manuel Bañuelos y Salcedo, el hijo mayor de Pablo, abogado del Ilustre Colegio de Madrid, alto, elegante, buen mozo y bien parecido, que estuvo además junto a su padre y su abuelo desde que nació, en 1835, aprendiendo los más íntimos secretos de la crianza del toro de lidia, se va a enfrentar al reto más importante de su vida, ya que se encuentra prácticamente solo, pues sus hermanos (como ya hemos comentado) van por otro camino y no tienen afición alguna a la ganadería. Será el continuador de la dinastía, cultivando una gran amistad con don Cristóbal Colón de la Cerda, XIV duque de Veragua, que le visitaba frecuentemente, tras el arrendamiento por éste de los prados de la Casa de Pastrana, muy cerca de Colmenar. Al ser un personaje popular en su tiempo y tener otras aficiones, como por ejemplo la ópera, también se hizo muy amigo del famoso tenor roncalés Julián Gayarre. En resumen, tuvo muchas amistades importantes. En la cuestión ganadera que aquí nos ocupa, lo primero que hace don Manuel es intentar quitar la excesiva finura que, a su entender, tenían las reses heredadas y para ello las cruza con un toro basto de la tierra, de los dedicados a las labores agrícolas, lo que le da unos productos más rústicos y de capas retintas, con buenos resultados en los cosos. Parece increíble pero es cierto. Esto le anima a seguir muy de cerca la evolución de sus toros en las plazas, con las modas cambiantes, que le exigen algo diferente a lo que había visto criar a sus mayores cuando era niño. Pero él sabe adaptarse. Y comienzan a lidiarse toros suyos, de excelente trapío y mucho poder, en las corridas que se celebran por la zona centro, con el mismo hierro familiar (la A) y una divisa azul turquí, de los que se habla constantemente en las tertulias taurinas madrileñas, primero ubicadas en tabernas y reboticas y más tarde en círculos restringidos y en los casinos y terrazas. Y así, el domingo 29 de abril de 1855, en la tercera corrida del abono madrileño, tras un encierro muy malo con seis toros de Elías Gómez, se regala en séptimo lugar un sobrero de Manuel Bañuelos, de nombre Pantalones, que sería estoqueado al final por el torero Gonzalo Mora y Donaire "Bandolina", vestido de paisano y que asistía como espectador a la corrida. A propósito, este matador era más conocido por sus inclinaciones políticas de izquierdas (hecho casi insólito entre los toreros de entonces) y por la cantidad de gomina que se ponía en el pelo que como torero. La noticia luctuosa fue que al ir a banderillearlo el aficionado Antonio Fernández Oliva, también de paisano, fue empitonado por la ingle, infiriéndole una cornada de cinco pulgadas, falleciendo en el Hospital General a las siete menos tres minutos del mismo día. Al parecer se encontraba en estado de embriaguez. Esto hizo que se hablara en Madrid del ganadero Bañuelos durante mucho tiempo. No obstante, el estreno oficial en la Villa y Corte a su nombre es el lunes 27 de abril de 1857, con tres toros en la tercera corrida del abono (los otros tres eran del sevillano Ramón Romero Balmaseda). Los picadores fueron Manuel Martín "Castañitas", Juan de Fuentes más los reservas Briones y Arce. Los mataron "Curro Cúchares", Cayetano Sanz y José Carmona "Panadero" y el debut, al parecer, no fue muy brillante. En su larga trayectoria ganadera fueron, entre otros, toros famosos de Manuel Bañuelos los siguientes:

- Corruco. Lidiado en Madrid el lunes 28 de marzo de 1853 en la primera del abono. Tomó 23 varas y le dio muerte Julián Casas "El Salamanquino".
- Camuco. Este toro es el mismo anterior, al que por error de la escritura a mano de entonces le llaman así distintos tratadistas, como por ejemplo Cossío. Son, por tanto, dos nombres distintos del mismo toro.
- Romerito. Retinto oscuro, lidiado en Madrid el lunes 1 de junio de 1857, en la octava del abono. Bajo una fina lluvia recibió 19 varas y lo mató el gaditano Gaspar Díaz "Lavi".
- Barrigón. Toro retinto, lidiado el lunes 28 de septiembre de 1857 en Madrid, en la 17ª corrida del abono en lidia ordinaria. Entró 16 veces a los montados y fue muerto de una gran estocada por Cayetano Sanz, el ídolo del barrio madrileño de la Arganzuela. Aunque en este festejo se corrieron también cuatro toros (dos y dos) en la modalidad de división de plaza, ninguno de los toros en este caso fueron de Bañuelos.
- Cervato. Toro retinto oscuro que se escapó del encierro en el atardecer del domingo 18 de abril de 1858, al parecer debido a que las personas que lo contemplaban, guarecidas junto a los árboles y en hoyos del terreno, salían de improviso a ver la manada. El animal corrió asustado, bajando la calle de Alcalá, hacia el paseo del Prado, se internó en el barrio de Barquillo y llegó hasta la calle de la Libertad. En su recorrido sembró el pánico, matando a un estudiante de Veterinaria y a una mula y dejando a otras tres personas malheridas, entre ellas el llamado "tío Luis", mayoral de la plaza de la puerta de Alcalá. Al final, tras la aventura, se pudo enchiquerar al toro, que sería lidiado al día siguiente, lunes 19 de abril de 1858, en la 3ª del abono. Tomó diez varas de Francisco Calderón, marrando en una, siendo derribado y perdiendo el caballo, haciéndole el quite Cúchares. También entró siete veces al caballo de Antonio Pinto, fallando en otra y Manolo Castañas aún le puso dos varas más. En total acudió 21 veces a los montados. Lo mató de pinchazo y estocada, tras una faena de nueve naturales y el de pecho, el malogrado diestro sevillano Antonio Sánchez "El Tato", que iba vestido de lila y oro y que competía mano a mano con su suegro "Curro Cúchares". Presidió la buena corrida (con tres toros de Bañuelos y otros tres de Justo Hernández) el corregidor de la Villa, el duque de Sesto.
- Retinto. Toro hermano del anterior que produjo un pequeño rasguño a "El Tato" en la misma corrida.
- Liebro. Este toro retinto, cariavacado y veleto, es el que luchó contra el elefante Pizarro, el 23 de mayo de 1865 en Madrid, dentro de una jaula situada en el centro del ruedo de la plaza, junto con otros tres toros de otras ganaderías. Tras acometerle siete veces, terminó infiriéndole una herida en la trompa, provocando la huída del coloso paquidermo y el entusiasmo general del público, al comprobar la victoria del totem hispanicus.
- Calzadito. Toro retinto, lidiado en Madrid el 12 de septiembre (no el 5 como dicen algunos autores) de 1859. Tomó 23 varas, dando un puntazo a Pinto en el pie y lo mató "El Tato".
- Naranjo. Toro colorao, lidiado en Madrid el domingo 9 de octubre de 1859. Tomó 17 varas de Joaquín Coyto "Charpa" y Antonio Arce. Lo mató "El Tato".
- Galonero. Toro lidiado en Madrid el lunes 19 de septiembre de 1864, en la 18ª del abono, que saltó la barrera, arrolló a un acomodador, le hizo una herida sin importancia en la canilla de la pierna pero le volteó, dando éste con la cabeza en el suelo y fracturándose el cráneo, falleciendo el desgraciado al día siguiente en el Hospital General.
- Galonero. Otro toro del mismo nombre, lidiado en Madrid el jueves 21 de junio de 1866, en la 11ª del abono, que le fracturó el húmero del brazo izquierdo al famoso picador Ramón Fernández "Esterero".
- Finito. Otro toro del mismo hierro, lidiado un año más tarde en Madrid, el domingo 28 de abril de 1867, que fracturó otra vez el brazo al mismo picador "Esterero".
- Señorito. Lidiado en Madrid el 27 de octubre de 1867, en una corrida benéfica extraordinaria, de ocho toros, que presidió el príncipe de Asturias, que más tarde reinaría como Alfonso XII. Aceptó 9 convidadas de los varilargueros Domingo Granda "El Francés" y Juan Antonio Mondéjar "Juaneca". Fue el toro que cedió Cúchares a Salvador Sánchez "Frascuelo", vestido éste de grosella y oro, al darle así la alternativa como matador y no estuvo bien con él, aunque se desquitaría en el sexto, del colmenareño Gabriel Gutiérrez Gómez.
- Confitero y Lechuguino. Lidiados en Madrid el 14 de julio de 1872. Entre ambos dieron una soberana paliza a los famosos piqueros Francisco Calderón (natural de Alcalá de Guadaira y que resultó con fractura de tres costillas) y Ramón Martínez "Agujetas hijo" (con herida en la mano y la calzona rota).
- Guindo. Para celebrar la segunda boda de su majestad Alfonso XII con la archiduquesa María Cristina de Habsburgo-Lorena se celebró una corrida real el 1 de diciembre de 1879, en el coso de ladrillo de reciente inauguración, edificado en el nuevo barrio de Salamanca, en la carretera de Aragón. El tercero de la tarde era éste, de nombre Guindo, retinto de Manuel Bañuelos, que salió abanto y así siguió toda la lidia. Saltó al callejón por el 10 y armó un tremendo revuelo, ya que en esta corrida había gran cantidad de personalidades situadas alllí, por las cercanías del palco real. Arremetió contra el pelotón de alabarderos, que defendió su posición, rompiéndose algunas de sus armas blancas, hasta que se llevaron al toro de nuevo al ruedo y siguió la lidia con normalidad. Fue escasamente picado por Calderón y Canales. Lo banderillearon "Cuatrodedos", "Primito" y Bienvenida. Lo mató Antonio Carmona "El Gordito" de dos pinchazos y media caída. Lo despenó el famoso puntillero oficial Gabriel Caballero.
- Recorto. Toro retinto, bien armado y con muchos pies, lidiado al día siguiente, 2 de diciembre, en la segunda corrida real, en quinto lugar. Salió abanto pero Paco Frascuelo, el hermano del gran Salvador, le toreó por verónicas y lances de frente por detrás y le fue dominando. Luego, ante los montados, fue bravo, codicioso y duro, tomó siete puyazos, provocó cuatro tumbos y mandó a la enfermería a dos de los varilargueros, que eran Calderón, "Melones" y Canales. Lo banderillearon "Quico" (un par de chinescas a la media vuelta y otro par, con plumas y cintas, al cuarteo), "El Manchao" (dos al cuarteo, uno de chinescas) y Raimundo Rodríguez (otro par más de chinescas al cuarteo). Lo mató Paco Frascuelo, tras ocho naturales, dos telonazos y cinco derechazos, con pinchazo y una estocada honda caída pero embraguetándose bien. Debemos explicar que, en aquellos tiempos, las capas populares llamaban banderillas chinescas a las que se solían colocar en las corridas extraordinarias, que llevaban muchos colorines y adornos brillantes. La gente del pueblo asociaba los colorines a los chinos, por los kimonos que llevaban en los teatros de magia e ilusionismo. Sin embargo hoy, en las corridas extraordinarias, casi nadie las llama ya así, sino banderillas de lujo o adornadas.
- Madrileño. Corrido en Madrid el 3 de julio de 1881. Se acercó a un caballo muerto y al cornearlo se quedó enganchado en el correaje y un trozo de soga, de la que se usaba para el arrastre. Tras muchos minutos de esfuerzos llegó a agotarse y cayó rendido sin poder desasirse. Cuando "Lagartijo" y un monosabio se acercaban al burel caído con la media luna para desjarretarlo, creyendo que no se levantaría, dio una tremenda embestida, quedando liberado y poniéndose en pie, tras lo que continuó la lidia normalmente. Lo mató Rafael Molina "Lagartijo".
- Zapatero. Jugado en Madrid el 9 de abril de 1882. En su reaparición en la Villa y Corte, el pundonoroso algecireño José Sánchez del Campo "Cara Ancha" fue corneado en el hipocondrio por este ejemplar de Bañuelos y desde entonces comenzó su declive profesional.
- Palillero. Novillo de Manuel Bañuelos de 4 años, jugado en Alicante, que entró a 11 varas, mató 5 jacos y envió a 3 picadores al hule.
- Cerezo. Toro lidiado en Madrid en la famosa corrida benéfica, concurso de ganaderías, organizada por segundo año consecutivo por la sociedad filantrópica conocida como "El Gran Pensamiento", anunciada el 6 de noviembre de 1887, pero que no se pudo celebrar por la lluvia hasta el 13, para recaudar fondos y premiar la virtud y el trabajo. Tras un desfile de más de trescientas personas representando toda la historia del toreo, con unos toreros vestidos a la vieja usanza y haciendo de otros más antiguos. Por ejemplo uno de guardarropía, con armadura simulada, alanceando a caballo como si fuese el Cid Campeador, Paco Frascuelo haciendo el paseíllo vestido de Pepe-Hillo (muerto más de ochenta años antes), con su cuadrilla compuesta por tres picadores, cinco banderilleros, un cachetero, mulillas y un juego de perros, etc. Por cierto, Paco Frascuelo recibió una tremenda cornada en el vientre al entrar a matar a un toro de Antonio Hernández, de nombre Peluquero, pero a pesar de ello se levantó y se volcó sobre el morrillo para darle una gran estocada. De esta forma el público podía imaginar cómo había sido el toreo antes. Algo parecido a las mal llamadas hoy corridas "goyescas", pero mucho más reales que éstas. El toro Cerezo, nº 21 de Bañuelos, fue bravo, entró a 10 varas de Francisco Parente "Artillero", siendo mal lidiado luego por Ángel Pastor, vestido de café y oro y cabos blancos y peor matado, con el puntillero Alones ahondando el estoque, sin que lo viese la gente, en definitiva, como la vergüenza que se ve a veces hoy día por algunos peones en ciertas plazas de pueblo.
- Matajacas. Corrido en Madrid el 25 de marzo de 1894. Fue muy bravo a los caballos, arrancándose de lejos y recargando en la embestida hasta 9 veces.
- Airoso. Lidiado en Bilbao el 14 de junio de 1891. Tomó 9 varas de los famosos picadores José Bayard "Badila" y José Infantes Coyto "Charpa" e hirió levemente al matador Juan Jiménez Ripoll "Ecijano".
- Sombrerito. Toro cinqueño que luchó con Nerón, otro elefante, el 13 de febrero de 1898 en Madrid. Esta vez, en vez de jaula se le puso atado con una cadena a un poste en el centro del ruedo. Primero el elefante rompió la cadena y provocó la alarma del público. Más tarde, de nuevo sujeto, se soltó al Bañuelos y como no le hicieran frente, resultó aburridísimo el espectáculo. La gente comenzó a lanzar al proboscídeo cientos de naranjas que éste cogía con la trompa y se las tragaba. Se retiró a Sombrerito y se sacó a un toro de Bertólez, que acometió varias veces como una fiera a Nerón y éste se acobardó. Tras este fiasco no se volvieron a programar en Madrid más espectáculos de este tipo.

Como hemos podido ver, los toros de don Manuel cubrieron una larga e importante etapa del toreo, hasta que en 1894 le vendió la ganadería a su hermana doña Prudencia que, como hemos dicho antes, había estado sin ganadería propia (aunque sí tras casarse con un Ugalde, otro ganadero de la zona) mucho tiempo, volviendo de nuevo a la lucha y debutando a su nombre en Madrid, el 16 de julio de 1889. También lidió lo de su hermano en 1903, en la despedida de Mazzantini. Don Manuel falleció el 10 de agosto de 1907 y está enterrado junto al portal de la ermita de la Virgen del Socorro, que preside el cementerio de Colmenar. Los aficionados al toro, cuando nos acercamos a este camposanto, sentimos una sensación especial, como si fuese un panteón de hombres ilustres, al pensar en la gran cantidad de magníficos ganaderos de la tierra que están enterrados allí, es un homenaje a aquéllos que dedicaron todos sus esfuerzos a la crianza del animal más bello y fiero de la creación ¡Cómo se les saltarían las lágrimas si pudieran ver esas ruinas a las que llaman toros que, a veces, aparecen hoy por los cosos, precisamente cuanto más famosos son los toreros..! Seguramente se volverían a sus panteones, para comentar entre ellos si merecieron la pena sus desvelos...Pues los aficionados creemos que sí. Ahí está la historia de la tauromaquia. Y la historia no se puede borrar. A veces llegamos a pensar que es ya lo único que nos queda: la nostalgia de tiempos pasados.

Tras esta digresión volvamos a nuestro relato. Los hijos de doña Prudencia, don Pablo y don Manuel Ugalde Bañuelos, siguieron con la ganadería de su madre unos años más. En un número anterior de TERRALIA, ya mencionamos también a Mercedes Ugalde Bañuelos, hija de doña Prudencia, por estar casada con Félix Gómez Pombo. Los hermanos Ugalde Bañuelos, cruzarían más tarde sus vacas con un semental adquirido al andaluz Dionisio Peláez, de procedencia marqués del Saltillo, de nombre Africano y de pelo negro (algo que, como ya hemos visto en anteriores números de TERRALIA, hicieron casi todos los ganaderos colmenareños a principios del siglo XX). Al poco tiempo casi todas las crías nacieron negras, perdiendo poco a poco las capas retintas características anteriores, con el disgusto de doña Prudencia, que fallecería el 23 de agosto de 1919. Un año después sus hijos vendieron la vacada completa (con derechos de hierro y divisa) al ganadero abulense don Segundo Abelardo García de la Resina, muy buen aficionado, al igual que su esposa y que se lleva las reses a sus tierras, siguiendo muy de cerca todas las labores ganaderas e incluso, según Cossio, se estrenó con una novillada a su nombre en Madrid el 21 de mayo de 1922, con el hierro y divisa de Bañuelos, repitiendo el 16 de julio del mismo año. La mantiene hasta 1926, cuando vende la vacada al ganadero gallego, afincado en El Escorial, don Leopoldo Abente, que ya tenía una ganadería de bravo adquirida a Felipe Montoya pastando en sus terrenos de Cerceda, donde llevó las nuevas reses, manteniendo el hierro (una A) y la divisa azul turquí de los Bañuelos. Con ellos se estrenó en Madrid, según Cossío el 18 de agosto de 1928, aunque puede que fuese el 16. Esto habrá que investigarlo más profundamente.


Epílogo

Y llegaron los horrores de la larga guerra civil española, con sus hambrunas, sus tragedias, con las ganaderías de bravo esquilmadas de mala manera, especialmente las de los alrededores de Madrid, al estar cerca de las trincheras y de los frentes de lucha. Y cuando termina la brutal contienda, los pocos ganaderos que quedaban vivos, junto con sus descendientes, en las zonas más conflictivas, intentan buscar sus antiguas reses, con los irreconocibles hierros que habían sido remarcados repetidamente, para evitar conocer sus verdaderos orígenes y propietarios. Ni una sola res con el hierro de la A se pudo recuperar. Así fue el triste final de una de las piaras de toros de la tierra más importantes de la tauromaquia, con casi trescientos años de historia. Su extinción desgraciadamente inexorable, como tantas y tantas otras.

Por último decir que hoy día existe una ganadería registrada en la UCTL, que fue formada en 1984 por doña Paloma Eulate y Aznar con reses suyas propias de "Torrealta", que se anunció como "Torreblanca" y que desde 1993 cambió al nombre de su nuevo propietario, don Antonio Bañuelos, aún sin antigüedad. Pastan las reses en la finca "La Cabañuela", en el término burgalés de Hontomín. Ni reses, ni hierro ni divisa tienen algo que ver con la vacada de toros de la tierra que hasta aquí hemos seguido con atención. Hasta la próxima, amigos.


 
Leopoldo Abente García de la Torre (Cerceda) 1926 Ganadero Gallego afincado en El Escorial.
 
Segundo Abelardo García de la Resina. (Ávila) 
 
Hermanos Ugalde Bañuelos.
 
Prudencia Bañuelos 

Manuel Bañuelos Salcedo
 
Pablo Bañuelos

Manuel Bañuelos Rodríguez 1808

Juan Bañuelos Fonseca (Manuela Rodríguez)

Manuela Rodríguez Jusdado

Manuel Rodríguez González

Pedro Rodríguez Benito

José Rodríguez García 1650.


Se agradece a Lorenzo Cerón Miranda, los aportes facilitados para documentar estas referencias sobre este ganadero.

También debemos agradecer a Paco Zamora Soria la cita del libro en la que se relacionaba a este ganadero con la raza Jijona.