Árbol Genealógico
Este descubrimiento ha sido casual, ya que parece ser que se trata de una vacada pura de Contreras. En las fichas de las ganaderías no aparecen los cruces o mezclas que este encaste pudiera haber tenido con Casta Jijona.
Nuestro interés aumentó enormemente al ver las hechuras del semental de la ganadería y por aquello de las evidencias que de lo de Martínez estamos encontrando en varias vacadas de encaste Contreras. ¡Cuál fue nuestra sorpresa cuando en una entrevista el ganadero señala las reatas de las "donosas", las "donadoras" y las "grajitas" al ejemplificar la variedad de comportamiento de su ganado en función del pelaje!. Mirando el libro "Diano" (FERNÁNDEZ SALCEDO, Luis. Ed. Agrícola Española. 416 pp.1988), comprobamos que precisamente esas reatas se encuentran en varios pasajes del libro.
De igual manera comprobamos si existe correspondencia entre los nombres de dos sementales que aparecen en una nota de tienta de la gandería de La Milanera, llamados "Nacional" y "Provincial", respectivamente; pues más de lo mismo: allí aparecen, en la página 299, una vaca nacida en 1916 (las referencias para las reatas señaladas anteriormente son más antiguas) llamada "Nacional" quer era hija de una "Provincial" y que pertenecía a la reata de las "Caballeras".
Sorprendente, ¿verdad?. Que se repita un nombre ya puede ser casualidad, dos también, pero cinco, resulta casi una confirmación.
Además las hechuras del semental, de alguna vaca, una foto de un grupo de becerros donde sobresale el lomo de uno de un pelaje colorado mas o menos encendido, una foto de una vaca muy en lo jijón de lo de Martínez, luego la conformación córnea de alguna que otra vaca... , creemos que son demasiadas casualidades.
De hecho considera el gandero que es lo más puro de Contreras que existe. Este dato que aporta es curioso porque era lo mismo que pensaba José Rufino Martín, el ganadero de "Peñajara de Casta Jijona" antes de los análisis genéticos de su ganadería.
La cuestión es que el nombre que se le pone al ganado bravo se va sucediendo de generación en generación, con independencia de las transmisiones que de este ganado se haga entre ganaderos y ganaderías, lo que evidencia que siguiendo las denominaciones de los ganados, se concluye el itinerario genealógico de las ganaderías.
Ficha de la ganadería obtenida en web de la Asocciación de Ganaderos de Reses de Lidia.
Ganadería La Milanera
Benito Martín Martín posee en un rincón del campo charro unas cincuenta cabezas que él llama su "tesoro". De hecho, contra todo pronóstico y lejos de los ojos del mundo del toreo, este hombre mantiene el ganado puro Contreras que le dejó su abuelo, aquello que tuvo Juan Terrones.
La pequeña ganadería, además de mantener un encaste minoritario o casi extinto, presenta una particularidad ya que no destina sus animales a la lidia en festejos públicos sino que él mismo y sus amigos se encargan personalmente de la lidia todos los erales de la camada.
Es este un sistema operativo que le permitió, y le permite, mantener intactos los orígenes y morfotipos del ganado, manteniendo al mismo tiempo los principios de la selección de su abuelo. Como dice Benito, sus toros "son otra cosa”.
Historia
Atención, La Milanera no es una ganadería como las demás, de hecho aunque se considera como tal y así lo parece, no lo es. No, la ganadería de Benito Martín es otra cosa, es un tesoro, una pequeña partida de ganado que traspasó el tiempo para llegar a nuestros días.
Pero antes de entrar en detalles, veamos el pasado y volvamos a Benito Martín Rodríguez, el abuelo materno del actual Benito. A principios de los años 40, con sede en el norte del campo charro salmantino, en Casa Blanca de Abajo (a pocos kilómetros de Forfoleda) crea un caldo de cultivo con el ganado bravo de Lorenzo Rodríguez. La aventura duró poco ya que lo vende rápidamente, en 1942, a Juan Sánchez Tabernero.
Un año más tarde fundó con su nombre una nueva ganadería con ganado puro de Contreras. La ficha de la ganadería dice: "sobre la base de la mitad de la cría de Juan Contreras. Para ser más precisos, en 1943, Benito Martín adquiere la mayor parte del ganado de Juan Terrones, divisa, que a su vez se formó con la mitad de la ganadería de Contreras. De esta manera, a mediados del siglo pasado, Martín Benito se encuentra en posesión de una de las más importantes ramas puro Contreras.
Sin embargo, poco se conoce de la ganadería de Benito Martín y que se encuentra a tiro de piedra de Salamanca. La causa radica en el sistema ganadero español, el cual devalúa o ignora todo lo que no es el primer grupo: La Unión Criadores de Toros de Lidia, el todo poderoso UCTL. Ya que si en 1943, Benito Martín se une a la UCTL, se sale a los cinco años por venta de los derechos del hierro y la mayoría de su ganado a los hermanos Cembrano que anuncian como "Cerroalto. Por lo tanto, Benito Martín, que mantiene las vacas y los sementales (Campolibre, nº15), desaparece de los directorios y los recuerdos.
Sin embargo, el hombre continuó su camino encerrándose en su finca fuera de la vista y pensamientos poco saludables, conservando intacto su ganado. Un mal para un bien, se puede decir hoy en día. A su muerte, su hija Amalia Iñigo Martín se hará cargo de la vacada antes de cederla en 1987 a su hijo Benito Martín Martín.
Benito Martín Martín vive en Salamanca y es veterinario. Ganadero a la fuerza, ya que no lo necesita y para él constituye nada menos que una actividad placentera. Admítalo, ¿nunca soñó usted con reunir un grupo de amigos, de comprar dos toros, pagar un picador, un torero y combinarlos en el ruedo de su corazón? Bueno, si usted cree que este pensamiento es extremo, loco e incongruente, lamento informarle de que no lo es. Al menos en el caso de Benito Martín, en este caso sus sueños (lector) es su vida.
Benito se encarga de todos los aspectos de su ganadería, incluida la lidia de sus ejemplares. Si, usted lee bien. En Casa Blanca de Abajo, durante la temporada, cada fin de semana, sin excepción. Les puedo decir que cuando Benito me dijo todo esto, no lo podía creer. Incluso lo encontré algo egoísta al no querer compartir su ganado. "Benito, si una empresa te propone comprar un lote de erales, pagados por adelantado, ¿lo harías?”. Benito me responde, con toda naturalidad, que no.
Para comprender esta posición habría que conocer el contexto taurino de hoy día y ver las presiones que actualmente se somete a los ganaderos, cuando actualmente ningún ganadero es dueño de su propio ganado. Benito lo considera inaceptable, por lo que ha tomado la decisión de divertirse y disfrutar todos los días del año de su ganadería. Cuando quiere ver un toro llama a su amigo César Rincón que mata un toro a puerta cerrada tal y como lo ha hecho para la apertura de su nueva plaza de tientas. ¿Qué responderías usted?. Todo está dicho. Benito es un aficionado y ganadero completo, lo cual se lee en su rostro.
Aislado de las normas del ambiente taurino, de manera imprevista, Benito fue capaz de conservar intactos su Contreras. Son idénticos a los de hace de medio siglo. Es así como Benito Martín, introvertido, ha logrado preservar "su tesoro". Y viendo su ganado, creo que sus Contreras no han cambiado. Benito va más allá cuando afirma que sus animales, cuidados tan celosamente, son los Contreras más puros.
Le pregunto por lo de Baltasar Ibán y me responde que lo Domecq se ha impuesto sobre lo de Contreras. No sé si será verdad, lo que sí es cierto es que un Ibán no tiene nada que ver con un toro de Benito Martín.
Para ser más exhaustivos cabe señalar que compartió con su hermano la titularidad de los Contreras hasta 2004. Finalmente su hermano Antonio Manuel Martín Martín ha optado, con otro hierro a nombre de sus hijos Amelia Martín Gallego y Pablo Martín Gallago, por llevar conjuntamente Domecq y Contreras. En cuanto a Benito, creó un segundo hierro en 2004, propiedad de sus hijos, llamado Valgrande.
Origen
En 1907, Juan Contreras, dirigido por su amigo, Joselito, adquiere parte de la ganadería de Dolores Monge, viuda de Murube, comprando 90 vacas y tres sementales: Aceituno, Manchonero y Ratón. Las fuentes difieren en cuanto a la adquisición, ya que para algunos era ganado de "desecho" mientras que para otros constituyó un saquero del mejor pie de cría para lo cual se contó con la complicidad del mayoral. Sea como fuere, una cosa es cierta, el ganado adquirido por Juan Contreras es excelente. Sus descendientes conservaron lo mejor de su casta, se dice que incluso en una tienta de machos, el Becerro "Naranjito", fue a 43 veces el caballo, la última con las puertas al campo abiertas.
Fiel a las características de Murube, los Contreras, son unos toros de reducida morfología y que combinan bravura y nobleza, distinguiéndose por su clase en el galope y su entrega. En cuanto a sus capas aparecen desde el negro al colorado pasando por los castaños.
Juan Contreras vende su ganadería en 1920 en dos partes, que pasan a la misma finca del campo charro: Terrones (Salamanca). Una parte corresponde a los hermanos Sánchez Rico, que mantienen los derechos del hierro, y por otra, la de Juan Terrones. Se conserva de esta manera, la parte de Terrones, hasta que en 1951 el ganado pasa a manos de Manuel Francisco Garzón, pero antes también se produjeron varias ventas importantes a ganaderos como Santiago Sánchez (hermano de Juan) en 1928, a Sepúlveda (Ignacio Sánchez) en 1942 y, por supuesto, Benito Martín, en 1943.
Desde 1943, Benito Martín Rodríguez y sus descendientes han tratado de mantener en pureza la sangre de Contreras. A día de hoy, el legado aunque pequeño, con un solo centenar de cabezas, es de gran importancia ya que constituye prácticamente el último puro de este encaste.
Entrevista:
Benito Martín posee tal vez el último reducto Contreras de la cabaña brava actual, con un total de 50 vacas y un solo semental. Acaba de adentrarse en el único cercado de la ganadería. Benito hace uso de la palabra:
Imagínese, esto ganado está aquí desde el final de la Segunda Guerra Mundial, sin que haya sufrido ninguna modificación hasta ahora. Es como cuando una expedición de aventureros descubrir un lugar salvaje. Es la misma sensación. Si usted va a otra ganadería, te explican que se trajo un toro para refrescar la sangre, de la misma línea, con hijos pertenecientes más o menos a la misma línea. Sin embargo aquí no. Nada. Nada más. Absolutamente nada.
Benito, ¿cuál es el comportamiento típico del toro de Contreras?
Veamos. Inicialmente se trata de un toro un poco de frío. Especialmente, en el primer tercio, donde tarda en romper. Tiene que ser picado, no se puede dejar crudo. Un toro de Contreras que se queda crudo, ¡te come!. Es necesario que sangre y que se vea su comportamiento del caballo. A veces, en la primera o segunda vara, puede dar sensación de mansedumbre, pero... luego, en la muleta es un toro que se mueva de verdad, que empuja con el corazón. Es imposible taparse. No se puede presentar la muleta a dos metros, es un toro al que se le tiene que dar distancia. Por supuesto, estamos hablando del toro bueno de Contreras. El toro de Contreras desciende del encaste Murube, y el toro murubeño posee un tranco característico, muy diferente de los otros encastes, y el Contreras lo conserva
¿Existe un comportamiento en función de las familias?
Sí. Hay diferencias. Por ejemplo, las familias de capa castaña, las "Donadoras", las "Donosas" son más toreables. Mientras que las familias donde hay accidentales como el bragado, coletero, caso de las "Grajitas", tienen más motor. Más motor y son más feroces. Hay vacas, cuando abrimos la puerta de la plaza de tientas, que después de ser toreadas, se resisten a salir y se quedan en su proximidad, y cuando las cita el picador desde el caballo, ¡acuden!. Imagínate este tipo de ganado para una figura que toree más e 80 corridas al año…yo no digo si es malo o bueno, pero…
Benito Martín decidió en 2004 no se lidiar ganado. Demasiadas preocupaciones para tan pocas recompensas. Por lo tanto, decidió mantener su ganadería su "tesoro", como él lo llama, para él, su familia y amigos. Todos los animales son lidiados en privado en la plaza de tientas. ¿A qué edad lidia los machos? ¿Dos años?
Sí, se ríe, ¡no antes! Trato de hacerlo antes de dos años, porque me cuesta mucho. Por ejemplo, el año pasado, sí, los últimos machos de la temporada eran de dos años. Pero en general los intento lidiar entre los 14-15 meses y 19-20 meses. A veces tienen 23 meses, pero trato de no superar esta edad, o no se les puede hacer frente. Normalmente lidia un par de eralas, respiro un poco y luego suelto un macho. En un día, dos hembras y un macho. Así sábado tras sábado con 20 animales, lo cual me lleva todo el invierno.
Investigación realizada por Lorenzo Cerón Miranda.
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