Lo que se ha escrito sobre la aportación de Villarrubia de los Ojos a la Historia y Economía de la Ganadería no ha sido analizado desde una perspectiva objetiva, pasando por alto los nombres de las mujeres que tuvieron tanto o más protagonismo que los hombres que se dedicaron a la misma actividad.
Ser propietario de una ganadería heredada o comprada genera el mismo tipo de obligaciones y compromisos, tanto si el dueño es una mujer como si es un hombre, no se entiende el desmérito y falta de reconocimiento de la actividad de la mujer en las mismas ocupaciones que el hombre. Afortunadamente haciendo una retrospectiva se observa como en la mayoría de los casos, el papel de la mujer al frente de una ganadería es mucho más fructífero que el de un hombre.
Es muy poco conocido pero la mejora racial de animales domésticos, seleccionando a los progenitores y cruzándolos, utilizando el sistema de corralas en los que se encerraba al "macho elegido" con las "hembras raceadoras" para obtener determinados rasgos morfológicos y de comportamiento, nació en Villarrubia de los Ojos.
La Universidad Complutense de Madrid en un estudio titulado Análisis Histórico de Casta Fundacionales menciona como primer creador de raza ganadera utilizando los actuales sistemas de selección (que se le atribuían a Bakewell) a un ganadero de Villarrubia de los Ojos en la Provincia de Ciudad Real, que transmitiría a los siguientes ganaderos y ganaderas.
¿Qué particularidades tenía la actividad vaquera herrada en extensivo de Villarrubia de los Ojos?. En primer lugar que el ganado se marcaba en la piel con un hierro incandescente con una "marca".
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Marca de hierro de Leonor del Águila Bolaños.
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Para establecer un sistema de selección y un rastro de los cruces que se iban haciendo, se hacía necesario que los ejemplares que participaban en la mejora racial fueran identificados con un sistema fiable. La marca de fuego en la piel identificaba a las propietarias del ganado, también identificaba el año de nacimiento de cada ejemplar, y se le asignaba un número. Este número estaría en un registro que tendría asociado un nombre, se consignaba siempre el nombre de la madre, si era macho en masculino y si era hembra en femenino. Las madres estarían agrupadas por reatas que se correspondían con el parentesco, estarían las bisabuelas, abuelas, madres, hijas, nietas, biznietas, tataranietas con nombres muy parecidos. Las reatas de vacas tenían una puntuación de tal forma que por el nombre de las vacas se conocía su calidad. Cuando había que apartar a las futuras madres por puntuación con el ejemplar macho que pudiera mejorar, se identificaban por el nombre, y por el número asociado, marcado en la piel.
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Procedente de la obra "Toros en 1803, una curiosidad bibliográfica referente a las corridas reales verificadas en Madrid en dicho año" por Luis Carmena y Millán. Tirada de 50 ejemplares, copia 18 para el Excmo Sr. D. Pacaula Gayangos. Obra aportada por Lorenzo Cerón Miranda. Aparece el nombre de los toros, el pelaje, forma de la cornamente, edad y la marca de hierro.
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Cuando se vendía el ganado a otros ganaderos estos se llevaban los ejemplares herrados y de estos se seguiría el mismo sistema.
Como ocurre en la actualidad, ser propietario de una marca te da más o menos notoriedad en función del éxito del bien o servicio que se comercialice. El nombre de Villarrubia de los Ojos se hizo famoso y lo es hoy en el campo de la historia de la veterinaria, como el lugar en el que se diseñó el sistema de mejora racial de animales domésticos que luego sería utilizado en ovejas por ingleses para la mejora de carne, lana, leche ...
Las ganaderas en Villarrubia de los Ojos obtuvieron esa notoriedad y figuran en la Historia y Economía de la Ganadería internacional. No son unas ganaderas más, son mujeres cuyos nombres formarán parte de la trazabilidad de los animales que criaron y comercializaron.
Lejos del mito de la extinción, como si hubieran sido los animales los que desaparecieron, las mujeres que dieron su nombre a la continuidad de una forma de criar ganado pudieron transmitir e impulsar ese "saber hacer" a nuevos ganaderos, que a su vez siguieron transmitiendo, hasta nuestros días.
La importancia y protagonismo de la mujer, si hoy es cuestionada, nos podremos imaginar cómo habrá sido cualquier periodo de tiempo anterior. En la ganadería con nombres propios, son muy muy escasos los nombres de mujer. Villarrubia de los Ojos, aporta a la Historia y a la Economía cuatro nombres de mujer: Leonor, Manuela, María Paz y María Soledad.
Su protagonismo está ahí, hay que hacer poco esfuerzo para encontrarlo, quizá si cabe hacer más visible su papel singular que las diferenció de los hombres y mujeres de su época aportando su actividad con nombre de mujer.
Lo que sabemos por los estudios consultados es que fueron catalogadas como meras propietarias que heredaron de sus padres o consortes las ganaderías y después las transmitieron. Un eslabón más en la secuencia de la historia de una raza del que muy poco se ha estudiado.
Sin embargo, se debe decir que estar presente en los carteles y la prensa nacional con tu nombre y tus apellidos conlleva cierta responsabilidad y compromiso, un propietario no deja su nombre para que pueda ser expuesto en público y se pueda valorar su intervención en el producto que vende. Es poco creíble que el papel de la mujer en una ganadería fuera el de propietaria y nada más. Las ganaderas no solo vendieron ganado para espectáculos taurinos también se vendieron camadas completas a otros ganaderos que formaron o reformaron su ganadería con estos productos que han llegado hasta nuestros días y que forman parte del catálogo de variedades raciales.
Sirva este texto como mención de cuatro nombres propios de mujeres en Villarrubia de los Ojos que forman parte de la Historia y que deberían integrarse en la ruta "Mujeres en Villarrubia".
Leonor del Aguila Bolaños
Manuela de la Dehesa Angulo
María Paz Silva Bernuy
María de la Soledad Teresa Bernuy Valda.
En próximas publicaciones haremos mención expresa de las aportaciones de cada una de estas ganaderas a la historia.
Cementerio municipal de Villarrubia de los Ojos, lápida en la que aparece citada la primera ganadera de bovino de raza de vacuno de origen manchego.
Riojano, retinto, toro del Marqués de Gaviria, antes de la Ganadería de Leonor del Águila y Bolaños.
Procedente de la obra "Ganaderías Bravas de España, orígines y vicisitudes porque han pasado las que existen en la actualidad. Datos recogidos y ordenados. Redacción de El Toreo. Página 41
https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=10077274
Hierro de la Ganadería de Condesa de Salvatierra, imagen procedente de un dibujo de Castellanos.
Huracán, toro pintado por Castellano del Marqués de la Conquista que fuera de la Condesa de Salvatierra. Agosto 1854. Aparece el hierro de la Condesa de Salvatierra. Documentación aportada por Lorenzo Cerón MIranda. TOROS DE CASTELLANO, LOS del autor RAFAEL CABRERA BONET
Luchana, toro pintado por Castellano del Marques de la Conquista que fuera de la Condesa de Salvatierra (en el dibujo, el autor menciona Conde de Salvatierra). 1854. Docomentación aportada por Lorenzo Cerón Miranda. TOROS DE CASTELLANO, LOS del autor RAFAEL CABRERA BONET.