Mayo 2010
Recientemente hemos tenido ocasión de visitar la ganadería "Peñajara de Casta Jijona".
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Se trataba de una sesión más de los trabajos de investigación que se están llevando a cabo en el Plan para la Conservación del Toro Jijón. Asistieron Lorenzo Cerón Miranda que es Licenciado en Ciencias del Medio Ambiente como experto en variedades animales, Francisco Zamora Soria que es fotógrafo de la Naturaleza y Licenciado en Geografía y Sofía Fernández Lojo que es Licenciada en Ciencias del Trabajo y colabora en la elaboración de los perfiles profesionales de las unidades de competencias necesarias para la cría de ganado bravo.
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En este periplo naturalista en el que estamos inmersos, a veces y afortunadamente, descubrimos evidencias que no necesitan demostración, sencillamente están ahí y lo único que les falta es clasificarlas, ponerles nombre.
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El último descubrimiento "in situ" son los toros de "Peñajara de Casta Jijona". Hasta ahora habíamos manejado fotografías y videos de esta ganadería y las similitudes con los tipos, morfologías y pelajes del ganado descrito históricamente como de origen jijón no deja lugar a dudas.
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El tipo de toro de "Peñajara de Casta Jijona", no se merece estar dentro de un encaste o subclasificación, sencillamente forma parte de una casta originaria y por lo tanto una variedad racial autóctona. La conservación de los rasgos de la raza originaria y la depuración del comportamiento que ha ido seleccionado el responsable de la ganadería José Rufino Martín nos permiten disponer de un animal singular que debería estar debidamente clasificado.
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La zootecnia viene descrita en nuestro diccionario como: "Arte de la cría, multiplicación y mejora de los animales domésticos". La labor de la cría de este ganado es un arte y de hecho la contemplación de estos animales supone un disfrute similar al del resto de disciplinas artísticas.
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Sin embargo la Zootecnia también es una ciencia que permite la clasificación de estos animales. Sería necesaria su revisión de tal forma que se pudiera proteger cada una de las razas, que aún no están catalogadas. Si establecemos criterios muy genéricos de clasificación se protegerán los géneros pero no las especies, pero si se protegen las distintas especificidades se garantizan ambas.
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Hoy por hoy, que no se haya diferenciado las variedades del "Bos Taurus Ibéricus" crea problemas desde el ámbito de la conservación de todas la variedades. Se reivindica esta necesaria clasificación y generar criterios técnicos de selección de ganado siguiendo los patrones genéticos para poder ubicar adecuadamente el resultado de la cría que se vaya sucediendo.
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Mayor sorpresa produce aún que la variedad originaria de la tierra manchega, la llamada Casta Jijona se haya dado por extinta y sin embargo se pueda encontrar con un elevado grado de pureza. Para demostrarlo, además de la genética que es inapelable, tenemos las similitudes morfológicas de los animales con los ancestros dados por desaparecidos. Por otro lado los rasgos prototípicos de este ganado no se repite en otras derivaciones de esta raza bovina. Su rasgos diferenciadores rivaliza con la inexactitud del actual catálogo del prototipo racial del toro de lidia que omite su inclusión.
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La morfología del toro de Casta Jijona que existe en Peñajara podría ocupar un manual. La Casta Jijona se caracteriza por una variedad de pelajes y tipos. Algunos de los animales encontrados en esta visita necesitarían páginas completas para su completa descripción.
En cuanto al pelaje: es cierto que existe una gran variedad de pelajes, incluso mucho mayor de la creíamos al principio, pero lo que predomina mayoritariamente son los rojizos, y dentro de éstos una amplísima variedad que no existe dentro de ningún otro encaste; a saber: castaño, castaño oscuro, castaño claro, "colorao", melocotón, retinto, rubio, pardo, tostado, hosco, cervuno... y dentro de éstos accidentales y particularidades como los "encendios" (puede que de los más llamativos por la intensidad de su pelaje y de ahí su fama, más que por la dominancia sobre el resto) ,avinagrados, lavados y leonado; luego ojos de perdiz, ojinegros, chorreados (en morcillo y en verdugo), anteados, bociblancos, bocidorados, etc.
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