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domingo, 5 de abril de 2020

Raúl Castro, "Fotografía" y "Toro en el Campo", con mayúsculas.


U
na forma de sobrellevar el confinamiento -por el decreto del Estado de Alarma en España desde el pasado 16 de marzo de 2020, y de momento prorrogado hasta el 13 de abril- es ponerte al día con las personas con las que se han compartido inquietudes. 

Otra forma es acceder a contenidos que tenemos en la red disponible, actualizados y antiguos, de aquellas materias que son de nuestro agrado.



Contactando con Raúl Castro alcanzamos ambas metas. 

Autoretrato de Raúl Castro. 05-04-2020

Como siempre, contesta y se interesa por nosotros, especialmente por la salud, y se muestra dispuesto a compartir su experiencia personal en estos momentos de zozobra global.

Hay un tercer motivo para contactar con Raúl, incorporar su testimonio vigente a la recopilación del Conocimiento Ganadero Tradicional, de la que queremos dejar constancia con su divulgación en los medios colaboradores y en el blog de la Iniciativa para la conservación del bovino manchego

Raúl Castro representa la combinación de dos conceptos que se han convertido en una fuente del conocimiento de la Bovinotecnia. La Fotografía y el Toro en el Campo, son palabras que escriben ya con mayúsculas, si las ponemos al lado del precursor de esta combinación. 

Allá por el año 2007, cuando iniciáramos la aventura de investigar el rastro que pudiera haber quedado en el campo bravo español de la raza de vacuno de origen manchego llamada Casta Jijona, a Raúl Castro, le faltó tiempo para contactar con nosotros y ponerse a nuestra disposición. 

Comprobar con fotografías de un experto fotógrafo del ganado bravo que, efectivamente existían rasgos singulares que se repetían en distintas ganaderías relacionadas con la historia del bovino manchego, fue todo un descubrimiento.  

Gracias a sus aportaciones y su conocimiento pudimos ilustrar gráficamente lo que se sospechaba. Esta representación visual de ejemplares de hierros de los que se tiene acreditación genética e histórica, testada por estudios científicos y académicos, abría un nuevo innegable horizonte de la existencia de la variabilidad jijona presente en la zoología.

Nunca podremos agradecer a Raúl Castro aquellos gestos altruistas que alimentaron la ilusión, con certeza y precisión, de la realidad plasmada en un material fotográfico de ejemplares que no ofrecían dudas de su autenticidad. 

Raúl ya nos ofreció información sobre su biografía que se publicó en este blog en octubre de 2008, además tiene numerosas menciones que nos reenvían a su buen hacer ilustrando la variabilidad morfológica del prototipo racial de vacuno bravo. 

Preguntado sobre su edad, procedencia geográfica, y sobre cuándo y cómo empezó a tener curiosidad por el toro en el campo, nos contesta que:


Bueno, pues soy madrileño de nacimiento, con orígenes extremeños, ya que mis padres son de la provincia de Cáceres, tengo 47 tacos.

Todo empezó un día que mi padre (el no es aficionado), en las fiestas de PCE, que se celebraban en la Casa de Campo, en la antigua plaza de tientas que había allí, la escuela taurina de Madrid, celebraba por entonces tentaderos y lidia de añojos y erales para sus alumnos, y me impactó.  

Al poco tiempo, a mi padre le regalaron unas entradas para los toros, un compañero de su fábrica, que era el tío de Miguel Rodríguez, me llevó a las Ventas para verlo, creo que tendría 6 o 7 años, ese fue la primera vez que pisé plaza.
Siempre de pequeño, porque me gustaban los indios y los vaqueros, me regalaban aquellas cajas de Playmobil, un año llegaron unas vacas y unos vaqueros del oeste y ahí, empecé a pedir ese tipo de juguete, más por aquella época, se vendían en el rastro, uno torillos de plástico, con unos cuernos móviles. Junté un montón, me preparaba cercados con tablas de parqué, que tiraba la gente en el descampado que estaba cerca de casa y me hacía mis propios chiqueros, con cajas de zapatos, me fabricaba con retales de tela viejas de mi madre, muletas y capotes, banderillas con palillos y las espadas de los Playmobil, hacía las veces de estoque,  en fin, me hacia una ganadería, en el salón de casa. Que tiempos, cómo disfrutaba de ello.
Mi primer capotazo, se lo di a una becerra en una capea que organizaba todos los veranos, la asociación de vecinos del barrio, en La Finca La Chopera, en Fuente El Saz, por ahí tendría yo, 8 ó 9 años, yendo a estas capeas empecé a recortas vaquillas en los años siguientes. Y me entró el veneno, empecé a ver corridas en la tele, reportajes de tendido cero, leer de tauromaquia, ahí empecé a comprar la prensa taurina especializada.  
Con 14 o 15 años, junto con un amigo del barrio, ya recortaba toros y vacas, por las calles de los pueblos, aunque me daba mucho yuyu, la verdad sea dicha. 
Muchos años estuve asistiendo, siempre que podía, a festejos populares y corridas de toros, sin olvidarme de La Venta del Batán, ya que en ellos, encontraba tantas similitudes, como diferencias, que me hacían entender muchas cosas, que nadie sabía explicarme. 
Con los años, recalé en la Asociación del Toro de Madrid, y de la mano de Salva, fui por primera vez al campo, en concreto a la ganadería salmantina de Cura de Valverde. De ella me desligué un par de años después, por motivos laborales y también porque yo no acababa de encontrar mi sitio, quería saber más. Y ahí me aficioné a la fotografía, hasta la actualidad.  
Tras muchos años de ir al campo, de hacer reportajes, para, primero fue la  
Uno tiene ya muchos amigos y conocidos, tanto del campo toreros, que me permiten el poder disfrutar del mismo y de su profesión.
La madurez te va haciendo ver el toro, sus orígenes, su lidia, de forma distinta, según vas adquiriendo conocimientos.
También le preguntamos a Raúl por su formación específica relacionada con el mundo del toro, de la fotografía y de alguna mención o mérito que crea que son reseñables; así como su rutina de visitar una ganadería, qué le interesa, en qué se fija, cual es su gusto personal, qué es lo que demanda más el público o su audiencia en sus reportajes...

Pues formación de fotografía, la verdad es que no recibí ninguna, solamente cuatro nociones que me dio mi cuñado Oscar, que él si estudió fotografía, pero yo la verdad, es que cuando pude me compré una cámara buena, que haga ella el trabajo, yo busco la situación y la camada hace el resto.
Hice una exposición, en el centro cultural Valdebernardo de Madrid en 2008, gané el premio de fotografía de la primera edición de Ecultauro en Pozuelo, por 2005 o 2006, y otro de una asociación taurina de Cádiz, no recuerdo bien cual la verdad. 
Yo cuando voy al campo, no tengo ninguna idea preconcebida, no provoco situaciones a los animales, ni aunque tenga confianza con los ganaderos o mayorales, para buscar una foto determinada, solamente, fotografío lo que allí sucede en ese momento, de forma natural, no forzada.  
A mí, la foto que más me gusta, es la del toro de perfil, mirando a la cámara, enseñando todas sus características morfológicas y cromáticas. Esa es la que yo intento buscar. 
Tras muchos años de “campear”, cuando visito alguna casa nueva, me fijo mucho en las hechuras, según la procedencia, según me indican de donde procede, si conozco la ganadería de origen, me hago una idea muy real de si está en esa línea o han echado cosas nuevas para refrescar, probar o modificar al gusto del nuevo ganadero. Es muy curioso, todos compran algo que les gusta mucho, evidentemente por eso lo compran, pero todos, intentan cambiar algunas cosas que creen funcionará. Y como todos sabemos, como en esto del toro no siempre 2+2 son 4, a veces aciertan y a veces no. 
A mi me gusta el toro bravo, tal cual, da igual la procedencia, me gusta el toro bajo, hondo, largo y proporcionalmente serio, y si luego embiste, pues ya es la leche. En casas a las que soy muy asiduo, en las que conozco reatas familiares, sabes más o menos, el toro que tiene los mimbres para embestir, eso sí, luego sale a la plaza y lo que pensabas en un sentido, sale en el otro, pero tras muchos años de “aprendizaje”, te equivocas menos. Lo mismo que les pasa a los que los crían y cuidan a diario. 

La gente, la poca que escribe para decirte algo, no piden nada en concreto, te felicitan, animan a que sigas poniendo cosas. Alguno te pregunta si vas a poner de alguna ganadería determinada, cosas así... 
Nos resta agradecer a Raúl que nos haya querido atender en estos momentos, vaya por delante nuestro reconocimiento por la labor que mantiene con la misma ilusión de siempre, y deseándole que en cuánto pasemos la cuarentena, volvamos al campo para seguir ilustrando el mundo con su  "Fotografía" de "Toro en el Campo". 

https://castajijona.blogspot.com/2008/10/httpwwwtoroenelcampocom-web-de-ral.html
Imagen procedente del artículo que se escribiera sobre el blog toroenelcampo.es de Raul Castro en el año 2008, era roda una referencia sobre reportajes gráficos sobre ganaderías, camadas y apartados para corridas. El trabajo continua en su blog http://toroenelcampo1.blogspot.com.blogspot.com


Articulo publicado en el blog de Casta Jijona sobre la web toroenelcampo.com de Raúl Casto.

https://castajijona.blogspot.com/2008/10/httpwwwtoroenelcampocom-web-de-ral.html