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domingo, 4 de abril de 2021

Ganadería antigua de Cipriano Ferrer.


La ganadería de Cipriano Ferrer es citada como de Aragón de origen Navarro y Manchego, quizás por esta razón no se le haya prestado atención como una de las ganaderías que adquiriera ganado Jijón puro a los herederos de los Sánchez Jijón de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real). 

Tampoco se ha hecho un rastreo de todas las ganaderías que posteriormente poseyeron este ganado con un origen tan definido. De Villarrubia de los Ojos salió ganado hacia Pina de Ebro (Zaragoza), que después partiría hacia Soria, Corella (Navarra) y hacia La RiojaPosiblemente hoy tengamos ganaderías que siguen teniendo esta sangre seleccionada por los ganaderos Ferrer, con mayor grado de pureza Jijona y Navarra de lo que podamos imaginar. 

Cipriano Ferrer Lagraba, retrato procedente de la Documentación aportada por la Comisión organizadora del III Congreso Nacional de Toro de Cuerda Fiestas de San Juan  en Pina de Ebro (Zaragoza) 23,24 y 25 de junio del 2006



Toros de "La campanilla", así se denominaron en la zona a los toros de los ganaderos Pedro Ferrer Guallart, Luis Ferrer Bandrés y Cipriano Ferrer Lagraba.  Imagen procedente de la Documentación aportada por la Comisión organizadora del III Congreso Nacional de Toro de Cuerda Fiestas de San Juan  en Pina de Ebro (Zaragoza) 23,24 y 25 de junio del 2006

Hierro de la ganadería antigua de Cipriano Ferrer de Pina de Ebro (Zaragoza). Imagen procedente del libro: Historia de las principales ganaderías de España. Dos aficionados. Imprenta de Guadalete. Jerez.1876. Página 39





 
GANADERÍA DE D. CIPRIANO FERRER ,
PINA DE EBRO (ZARAGOZA).
Divisa amarilla y encarnada.

La fundación de esta ganadería se remonta a los primeros años de este siglo, pues en el año de 1807 la formó el Sr. D. Pedro Ferrer, abuelo paterno de la que hoy la posee. Las vacas que sirvieron de fundamento á esta ganadería, eran todas de aquel país y formaban una mezcla de varias castas, mansas en su mayor parte y destinadas al uso de la agricultura. No obstante, como quiera que en las corridas que se celebraban en varios pueblos de aquella provincia resultaban bravos algunos de los toros, y aun en la plaza de Zaragoza se corrieron varias veces con buen éxito, D. Pedro Ferrer creyó, y con razón, que cruzando con otras ganaderías de cartel, lograría con el tiempo poseer una casta de toros bravos y propios para ser lidiados en todas las plazas de primer orden. No se arredró ante los gastos enormes que tendría que emplear y el trabajo ímprobo que tenia necesidad de emprender para conseguir su objeto. Con efecto, por los años de 1834 y 1835 adquirió .algunas reses bravas de las mejores ganaderías de Colmenar (Navarra), de Egea de los Caballeros (Aragón) y de los renombrados Gijones, propiedad entonces del marqués de Casa-Gaviria, con cuyas diversas castas cruzó sus muchas reses, obteniendo en poco tiempo una ganadería que era y aun hoy es tan ventajosamente conocida.
 
Tal es el origen de la ganadería de D. Cipriano Ferrer. Como es consiguiente, aquellos toros debieron en un principio ser bastos y de malas condiciones; pero la inteligencia nada vulgar, esmerada afición y buen tacto en la elección de sementales, del primitivo dueño y de sus sucesores hasta hoy, han dado por resultado que los defectos que tenían esos toros y que hemos apuntado, hayan desaparecido por completo, y sean hoy finos, de libras, codiciosos y bravos, como lo han demostrado en las corridas que en los años trascurridos desde la reforma de la ganadería, se han efectuado en las plazas de Barcelona, Zaragoza, Valladolid y otras capitales del Norte de la Península. 

Los pelos que más abundan en esta ganadería son los castaños retintos, aldinegros y muchos negros listones, siendo generalmente de buena estampa y bien puestos de cabeza.

Todos los años se lidian un considerable número de reses de Ferrer en las plazas de Barcelona, Zaragoza, Burgos, Vitoria y otras capitales, siendo muchos los que llegan á dejar recuerdo en el público, por su bravura. La corrida verificada en Zaragoza el 21 de Abril de 1867 dejó memoria, no solo por la excesiva bravura de los toros, sino porque uno de ellos, el segundo, mató á un picador conocido por el Belonero. 

Tenemos entendido que este señor ganadero tienta solamente las hembras, no haciéndolo con los machos, dando como razón de ello el que los toros tentados, en el momento de lidiarse, recordarán indudablemente el castigo que sufrieron en aquella operación. Como quiera que en el artículo sobre tientas dijimos ya nuestro parecer en este asunto, nos abstenemos de hacer reflexiones.

Texto procedente del libro: "Historia de las principales ganaderías de España". Dos aficionados. Imprenta de Guadalete. Jerez.1876. Página 39





Gráfico procedente del Análisis Histórico de Castas Fundacionales de la Universidad Complutense dirigido por el Catedrático de Genética Animal, Javier Cañón Ferreras. 

Está encuadrado dentro de los ganaderos de Casta Navarra con la singularidad de que forma la ganadería con reses de origen Jijón, de Manuel Gaviria Romero Morón en 1835, Marqués de Casa Gaviria y Vizconde de los Mesinos. Esta fue comprada a Manuela de la Dehesa Angulo en 1824, de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real), que a su vez procediera de la Viuda de José Jijón, Doña Leonor del Águila Bolaños.


La Ganadería de La Campanilla.
A finales del Siglo XVIII, don Pedro Ferrer Guallart, nacido y residente en Bubal, compra reses de diferentes castas, mansas en su mayoría, con la intención de destinarlas a la agricultura. En el año 1802 toma la decisión de instalarse a vivir en Pina de Ebro con su mujer y sus tres hijos menores. Conocía muy bien estas tierras, pues su familia había herbajado en ellas durante varias generaciones en la temporada de estío. Pina gozaba de gran extensión de terrenos, y quizás pensó en las posibilidades de futuro que esto ofrecía para él y sus hijos, al igual que hicieron otras muchas familias: Fanlo, Val, Guillén, Aznar, Fauré... (a finales del siglo XVIII y sobre todo a partir de la pragmática real de 1773, se autorizaba las roturaciones de comunes y propios para ser repartidas entre aquellos agricultores que tuviesen pocas tierras, hecho que propició que la trashumancia fuese decayendo). Estas reses mansas, no le dieron el resultado esperado, pues tenían unas condiciones de bravura que las imposibilitaba para dedicarlas a la agricultura. A principios del siglo XIX, empiezan a aparecer algunos novillos que ofrecían ciertas posibilidades de lidia, y le eran solicitados para correr en las fiestas de los pueblos. Su hijo Luis, así como se va haciendo mayor, comienza a dedicar tiempo a esa partida concreta de toros. En la plaza de Zaragoza, entre los años 1834 y 1835, obtiene muy buenos resultados. Don Pedro considera más en serio el organizar una ganadería brava, para lo cual cruza sus reses con las de otros carteles navarros y aragoneses. En aquel primer año adquirió unos sementales de Jijona, del Marqués de Casa Gaviria; la cruza ligó tan bien que mejoró el trapío de los productos, ya que éstos eran demasiado vastos, y sus condiciones de lidia también mejoraron, con lo que no tardó en afianzarse un envidiable crédito en las plazas de categoría, incluso en otras regiones como Cataluña y Castilla la Vieja. Don Pedro fallece entre 1841 y 1843.

En la feria del Pilar de 1851, el día 13 de octubre, se lidiaron tres toros de Pérez Laborda de Tudela, seis de la ganadería de Luis Ferrer, de Pina de Ebro, y tres de Miguel Poyales de Corella. Aseguran las crónicas que los espectadores salieron muy satisfechos de éste festejo, sobre todo de un toro de Ferrer. Al día siguiente, se lidiaron toros de Justo Hernández, Manuel de la Torre y Rauri, Manuel Suárez, Diego Barquero y Luis Ferrer. Pero entre todos ellos sobresalió de nuevo uno de los toros de don Luis. Se aseguraba que hacía mucho tiempo que en la plaza de Zaragoza no se veía un toro de mayor voluntad y bravura. Fino y corto de asta, como la mayor parte de las reses de su ganadería, no hizo más que presentarse en la plaza y dejar uno tras otro desmontados a los picadores, inutilizando sus cabalgaduras.

 

"...convienen las cartas que tenemos a la vista y que hacen parangán de este toro con otro de Justo Hernández en que el de este ganadero era más duro para la suerte y se cebaba con ansiedad en los caballos sin sentir el hierro, pero dicen que el de Ferrer era más voluntarioso y corneaba de tal suerte que dejó fuera de combate diez y siete caballos..." Periódico taurino, 1851

 

Al morir don Luis, la ganadería pasó a su esposa Ventura y ésta con un poder cede los derechos a su hijo Cipriano, que se afianzó en el mundo de los toros más aún que su abuelo y su padre. Con los años, la ganadería mejoraba día a día, y se ganó tal reputación propia que llegó a eclipsar a la de su padre por completo. Cipriano seguía con el mismo estilo de crianza y encaste, imponiendo su sello personal ,y siendo conocida la ganadería en su última etapa más por los toros de Don Cipriano Ferrer, lidiando por toda España. Don Cipriano fue un ganadero poco corriente para su época, dando prioridad a la figura del toro por encima del torero, adquiriendo un enorme prestigio, colocándose entre las diez mejores ganaderías de España. Don Cipriano solo tentaba las hembras, ya que según él: 

"...los becerros tentados,ya por el sistema de acoso, ya en corral, en el momento de ser lidiados recuerdan el castigo que sufrieron en aquellas operaciones..." 

Tauromaquia de Guerrita "...no le gustan los toros de tierna edad porque esas condiciones permiten lucirse a los toreros, pasar en corto y tirarse a matar por derecho..." 
Le gustaba saber la procedencia del toro y su árbol genealógico: "...el buen patio en el arca se vende..."

 

En 1886, obligado por circunstancias familiares, tuvo que desprenderse de la ganadería. A la ganadería de Don Andrés Garcia Lasanta de Soria pasaron concretamente el hierro y 77 reses vacunas. Don Melitón y Eustaquio Catalán de Corella, adquiere las 144 reses vacunas restantes. La última corrida protagonizada por la ganadería de "La Campanilla" siendo su dueño Cipriano, fue el día I I de octubre de 1886. Los matadores de la despedida fueron, como en tantas otras ocasiones, Lagartijo y Frascuelo, y sus toros se despidieron mostrando la misma bravura de siempre, cogiendo a Torerito.

 

La Ganadería de La Campanilla y sus toros. Junto con la ganadería aragonesa de "Ripamilan" y en unión de la navarra "Carriquiri", fueron las más famosas de Aragón. Sus toros se Ilamaban así por Ilevar un corte en el colgajo de la papada, que simulaba una campanilla (señalaba que poseía más de cien vacas de vientre), garantía de que poseía una carnada larga con la que podía servir puntualmente a las plazas. El hierro que utilizaba era una cruz griega típica de los canteros medievales. Su divisa era encarnada y amarilla (aunque también poseía una blanca y amarilla). 
Los toros de ésta casa se hicieron famosos en las plazas de carros al principio, y después en las plazas de primera categoría compitiendo con las vacadas de mayor renombre. Cuando comenzó en la plaza de toros de Zaragoza, cobraba 450 reales de Vellón por toro, frente a los 900 que cobraba el ganadero de Ejea, Ramón López, que era el más cotizado entonces. En el año 1886, nada tiene que envidiar ya que sus toros alcanzaban el precio de 375 pesetas por toro, lo mismo que los de Ripamilan o Espoz y Mina entre otros. Su fama se afianzó con el paso del tiempo, y su nombre en el cartel era signo de garantía. Han sido incluso temidos por los toreros. Lagartijo, cuando vio la cogida de Gallito, quedó sumamente impresionado, tanto que prometió no vérselas nunca más con un toro de "La Campanilla", algo que no llegaría a cumplir, pues obtuvo grandes éxitos con ellos, al igual que las figuras más importantes del toreo de aquella época. Han pasado a la historia los siguientes toros:

 

Andaluz: de Ferrer de Pina de Ebro, se lidió en Barcelona el 22 de mayo de 1851, aguanto 30 puyazos y mandó a la enfermería al picador Charpa, Joaquin Coyte.

 

Peluso: toro de la ganadería de Don Cipriano Ferrer, retinto corrido en Zaragoza el 21 de abril de 1867. De resultas de una caída sufrida al ponerle una vara fue derribado por el toro el picador Martin Arias Algar, "El Velonero". Dio con la cabeza contra las tablas ocasionándole tan graves heridas que falleció al poco de su ingreso en el hospital provincial de Nuestra Señora de Gracia.

 

Clavelino: corrido en la plaza de Zaragoza el 14 de octubre de 1879, de Cipriano Ferrer, toro negro que infirió una grave cornada a José Górnez Gallito en el tercio de banderillas.

 

Alpargatero: de Ferrer de Pina, corrido en Zaragoza el 16 de octubre de 1881. Sin volver la cara queriendo siempre, tomó 17 varas dejando en la plaza ocho caballos.

 

Culebro: toro de Cipriano Ferrer, lidiado en Barcelona el 1 de septiembre de 1889. Tornó ocho varas y mató dos caballos. Después de crear un desconcierto total entre los toreros para proseguir la lidia, apareció súbitamente un espectador en el tendido que se tiró al ruedo, se acercó al toro, le habló y se lo llevó mansamente a los corrales, como si se tratase de un animal doméstico. Había sido su criador en la ganadería de los Ferrer en Pina de Ebro.

 

Si famosos son sus toros, sus los dichos populares en torno a ellos no son menos: "Pareces a los toros de Ferrer, que antes de nacer ya acometen" "No hay quinto malo", (porque tenía la costumbre de dejar el toro de mejor nota para esa posición, y los aficionados lo esperaban). Los toros de Ferrer han pasado a la historia, sobre todo a la historia Taurina de Aragón por su peculiar trapío, su comportamiento fiero y su poder recrecido en el castigo. Hoy forman parte de la memoria colectiva de la afición.

Texto procedente de la páginas 23 a 27 de la Documentación aportada por la Comisión organizadora del III Congreso Nacional de Toro de Cuerda Fiestas deSan Juan Pina de Ebro (Zaragoza) 23,24 y 25 de junio del 2006

 
Ciprinano Ferrer vendió ganado a Alejandro Bobadilla que a su vez vendiera a Laureano Rubio que llevó sus reses al Soto de San Martín en Mendavia. (Ganaderías Riojanas. bemamar.com)

Laureano Rubio y Julián Ubis. La sociedad Rubio-Ubis se formó con las reses del Sr. Bobadilla (Cipriano Ferrer) y las compradas a Vicente Martínez y otros, como Zalduendo, Achegüe y Marqués de Orovio, e incluso de la ganadería de los famosos Aleas de los años veinte. En 1884 se disolvió la sociedad  y continuaron las hembras en Mendavia y los toros pasaron a los prados de Salobre en Lardero. (Ganaderías Riojanas. benamar.com)

Cipriano Sáenz. Esta ganadería se inicia en 1887 al comprarla Cipriano Sáenz y Pedro "Perriquis" las dos ganaderías de Rubio y Ubis, que más tarde fueron incrementándose adquiriendo vacas de Zalduendo y Carreros.  Años más tarde quedó como único propietario Cipriano Sáenz, que fue mejorando la raza y bravura de las reses y vendiendo sus toros en plazas próximas a Logroño en el mismo Logroño.  A la muerte de D. Cipriano la ganadería pasa a sus hijos políticos Ignacio Balda y Manuel Balda, pero siendo Domingo Rubio el que la cuidaba.  En 1924 los productos machos de la vacada pasaban a Fidel Rubio y Moreno y las hembras continuaban en la ganadería. Finalmente en 1932 pasó toda la ganadería a poder de Fidel Rubio cuya explotación es muy utilitaria dedicándose especialmente a las vacas que son solicitadísimas.  (Ganaderías riojanas. bermemar.com)
  

Fuentes consultadas:

Historia de las principales ganaderías de España. Dos aficionados. Imprenta de Guadalete. Jerez.1876. Página 39


Los Troncos Navarros (2). Ganaderías aragonesas con raíces de casta navarra: Murillo, Ripamilán, Ferrer. Joaquín Monfil.



Comisión organizadora del III Congreso Nacional de Toro de Cuerda Fiestas deSan Juan Pina de Ebro (Zaragoza) 23,24 y 25 de junio del 2006

ANALISIS HISTORICO DE LAS CASTAS_FUNDACIONALES. Javier Cañón Ferreras. Universidad Complutense.