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jueves, 20 de noviembre de 2008

Descubierta secuencia genética de una animal extinguido: el mamut.





Es la primera vez que los científicos desvelan la secuencia genética de un animal extinguido


Un equipo de investigadores de la Universidad del Estado de Pensilvania (EE UU) ha publicado la primera secuencia del genoma de un animal extinguido, el mamut lanudo. «Es realmente la primera vez que hemos sido capaces de estudiar un animal extinto con el mismo detalle que otras especies que viven hoy día», destaca Stephan C. Schuster, profesor de bioquímica y biología molecular y uno de los coordinadores del estudio, que ha sido dado a conocer en el último número de la revista ‘Nature’.

Los investigadores creen que el genoma del mamut lanudo está formado por 4.000 millones de pares de bases de ADN, muy similar al del elefante africano actual. De la secuencia obtenida ahora, sólo 3.300 millones pueden ser atribuidos al animal prehistórico. El resto podría pertenecer a otros organismos del ambiente, como bacterias y hongos, que contaminaron la muestra.

Los científicos han descubierto que los mamuts se dividieron en dos poblaciones genéticamente distintas hace unos 2 millones de años. Uno de estos grupos desapareció hace 45.000 años, mientras que el otro vivió hasta pasada la última glaciación, hace unos 10.000 años. Además, han concluido que los mamuts y los elefantes actuales son parientes mucho más cercanos de lo que se suponía hasta ahora. «Nuestros datos sugieren que ambas especies se separaron hace unos 6 millones de años», dice el biólogo Webb Miller.

El equipo ha descubierto además que los mamuts lanudos tenían muy poca diversidad genética, lo que les hizo muy vulnerables. «Eran susceptibles de ser eliminados por una enfermedad, el cambio climático o los humanos», apunta Schuster. En todo caso, el primer grupo se extinguió en Siberia cuando todavía no había humanos en la zona. Schuster apunta que lo aprendido del genoma del mamut será útil para proteger a otras especies de la extinción. Para realizar su investigación, los expertos utilizaron ADN extraído de los pelos de un mamut que se había mantenido congelado en el permafrost de Siberia durante 20.000 años y de un segundo ejemplar que tenía al menos 60.000 años.