domingo, 27 de mayo de 2018

Los conflictos entre granadería y agricultura en Villarrubia de los Ojos eran ya patentes en 1767.


Informe ISAD del Archvio del Duque de Híjar de la Copia de memorial otorgado por el duque de Híjar para presentar al Rey los perjuicios que experimentan los labradores de Villarrubia de los Ojos por destinar la mayor parte de la tierra para las hierbas de los ganados de la Casa de Jijón.

Mucho se ha escrito y se sigue haciendo sobre el declive de las ganaderías tradicionales de vacuno bravo. El caso de la eliminación de la ganadería de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) es digno de estudio. Se trata de la historia de la desaparición total, no sólo de una variedad racial originaria, sino también de la actividad ganadera. 

Como si tratara de una maldición, la ganadería despareció completamente, considerando esta cuestión como un patrimonio perdido, y lo peor de todo es que se crea la ficción de que este patrimonio es irrecuperable.

Sin embargo, en nuestro ánimo de recopilar información de la actividad ganadera que existió en La Mancha, descubrimos en el Archivo del Duque de Híjar la existencia de un "Memorial otorgado por el duque de Hijar para presentar al Rey con los perjuicios que experimentan los labradores de Villarrubia de los Ojos por destinar la mayor parte de la tierra para las hierbas de los ganados de la Casa de Jijón" fechado en 1767.

El sistema de distribución de tierras, la privatización de zonas públicas y el aprovechamiento de estas tierras, han ido inclinando la balanza hacia una agricultura intensivista de regadío. 

La esquilmación del acuífero 23 y la casi desaparición del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel por los intensivistas ha sido sobradamente divulgada y hoy existen planes de conservación de los niveles hídricos que permitan la conservación de los Espacios Naturales. 

Sin embargo muy poco se sabe de la esquilmación de la raza de bovino de origen manchego y de la desaparición de la actividad ganadera. 

Lo cierto es que la correcta restauración del hábitat requiere de la recuperación de los animales que lo pueblan habitualmente. La dehesa manchega con zonas palustres encharcables estacionalmente no puede recuperarse sin la presencia del bovino que la habitó. 

Tiempo al tiempo, según se vaya conociendo la historia real de estos espacios se irán aplicando soluciones como las que ya se han reintroduciendo en otras zonas con idénticas patologías.